jueves, 30 de diciembre de 2010

...y bajando

No soy un obseso del peso pero sí soy minucioso a la hora de pasar por la báscula. Quiero decir, no me peso un día por la mañana antes de desayunar y la próxima vez un día por la noche después de cenar y sin entrenar.

Es cierto que para que el hecho de pesarse te sirva para comparar debe ser en momentos similares y además en la misma báscula.

Como ya decía no soy un gran controlador del peso y esa circunstancia de homogeneidad de variables se dio antes de ayer y mi sorpresa es que en plenas navidades peso 74 Kg, 3 Kg menos que hace un mes.

Sin duda la subida en la exigencia de los entrenos se ha hecho notar, pero esta cifra gana aún más importancia dada las fechas navideñas en la que nos encontramos, en la que caer en excesos gastronómicos es sumamente sencillo...Voy a por una bolita de coco.

domingo, 26 de diciembre de 2010

IV Clásica de Castilblanco de los Arroyos



Hoy he tenido el placer de disfrutar una carrera muy “guapa” en Castilblanco de los Arroyos. Digo disfrutar porque no la he disputado al 100%, afortunadamente, porque la prueba tiene mandanga. Unas cuestas de impresión unido a unos descensos vertiginosos con un firme irregular, que hacía que tuvieses que estar concentrado siempre, vamos que no había ni un metro sin desnivel.

Me sorprendió bastante el nutrido número de atletas que allí había, algo más de 400 según la clasificación. Dadas las fechas y la fama de dura de la prueba esperaba algo menos de participación en estos 8.500 metros de desniveles. Otras justificación del buen número de atletas era el hecho de que existían premios económicos y por allí se veían buenos galgos, yo dejé el mío en casa.


Como ya he comentado mi intención al asistir a Castilblanco era de entrenar en cuestas, cosa que llevo semanas sin hacer, disfrutar del ambientillo de las carreras y conocer una nueva prueba. Con esa intención me situé en la zona media del pelotón, para no fliparme en la salida y no salir demasiado rápido. Pese a todo en menos de 100 m ya se podía correr con fluidez.


Me tomé la primera de las tres vueltas en plan de reconocimiento, para ver como de duro era aquello. Y sí, sí que lo era. Había una par de cuestas con mayúsculas, siendo la primera notablemente más dura. Ésta estaba dividida, por así decirlo, en tres repechos, y el intermedio era el más duro con muchísima diferencia. En la primera vuelta ya se veía gente bufando, y eso que estábamos en el primer kilómetro.


Opté por ir arropado en las cuestas, al ritmo que me marcaran, y en los trepidantes descensos recuperar. Pero la cosa no fue así. En muchos repechos la gente se desfondaba a media cuesta por lo que pasabas a bastantes ahí, y luego al llegar arriba algunos llegaban tan tocados que en el descenso iban poco más rápido que subiendo.


La segunda cuesta, menos exigente, llegaba tras un buen descenso, y una curva muy cerrada en la oficina de Correos, que te llevaba a la Iglesia y un poco más arriba si cabe. Desde este punto se comenzaba a bajar otra vez, pero con unos desniveles más endiablados. Tras ellos llegaba la zona más cómoda, aunque constantemente estaba subiendo o bajando, aunque con menos exigencias. Con estas se llega al final de la vuelta, pero aún quedaban dos.




Mis sensaciones siempre fueron buenas, obviamente en las cuestas, en la primera sobretodo, llegabas tocado a lo más alto, pero con suficiente energía como para comenzar con amplia zancada los descensos, donde solía avanzar más posiciones.


Traté de mantener un ritmo constante, algo complicado con el perfil de la prueba. La primera y la segunda vuelta fueron casi idénticas 11'55” y 11'56” respectivamente, y la última algo más rápido pero sin pretenderlo 11'42”. Total 35'35” para 8.500 metros, lo que da una media de 4'11”. Bastante satisfecho dado que no iba al 100% y que la prueba era un tremendo tobogán.


Como es la primera vez que disputaba esta prueba no puedo comparar con ediciones anteriores. Digo esto porque escuché a gente quejándose de que este año se cobraba, 2€, y la cosa no era mejor, exactamente no sé a qué se referían. Aunque ahora que recuerdo hubo avituallamiento al finalizar la 1ª vuelta, pero no en la 2ª, ¿se quedaron sin agua?


Lo que sí creo que deberían mejorar es la ubicación y la gestión de la entrega de las bolsas del corredor (incluía agua, Acuarius, fruta, chocolatina, tarrito de miel del municipio y camiseta de algodón conmemorativa). Cuando crucé la meta me dieron el ticket de Ideain, me puse a leerlo mientras avanzaba y cuando levanté la vista me encontré en medio de la calle y no había rastro del lugar para recoger las bolsas. Me di la vuelta y vi como los corredores giraban por una calle cuesta arriba (como no) Dicha calle llevaba a la antes mencionada oficina de Correos, y por tanto aún pasaban corredores por allí. En la oficina se había formado una cola donde sólo había una mesa para repartir las bolsas a todos los corredores. Tras dicha mesa había 4 o 5 voluntarios, pero dado lo reducido del espacio, sólo se podía atender a los atletas uno a uno, que además debían entregar el dorsal, lo que provocaba mayor retraso. Yo estuve como 3 minutos para recoger la bolsa, con el fresquete que hacía. Al salir, como era lógico, la cola ya era tremenda, cruzaba la calle, por la que seguían compitiendo atletas, con los consiguientes gritos, “bocinazos” y algún que otro improperio. Sinceramente, creo que era mucho más sencillo y simple poner la zona de entrega de camisetas en la misma calle de la salida, que es ancha, a continuación de la meta. A esas alturas la carrera está estirada los atletas llegan poco a poco y se pueden disponer varias mesas para distribuir las bolsas. Se marca con un rotulador el dorsal y listo, no hacerle al atleta quitarse los imperdibles para entregar el dorsal, que sé que hay algunos a los que les gusta guardarlo (no es mi caso).


Pero vamos, que son simples pormenores. La verdad es que la prueba es bonita, dura y con su ambientillo. Aunque creo que nunca iré a competirla al 100%, se debe pasar tela de mal, se me da mejor llanear.

ACTUALIZO: Con la foto, cortesía de Sandra de Podosevilla, del superatleta número 661, es decir el menda, culminando el tramo más duro de la prueba.

domingo, 12 de diciembre de 2010

V Carrera de Navidad. "Operación Galgo"

Hoy nos hemos presentado en este evento no competitivo que no conocía. La verdad es que ha sido muy agradable ver niños por todos lados y familias completas echando el rato en esta prueba que no llega a los 3 kilómetros.

Comenzamos en el Parque de Los Príncipes, para dar una breve vuelta por Los Remedios y volver al parque junto al Real de la Feria. No hubo cronómetro, yo ni puse el mío, ni podium, ni categorías, ni trofeos, pero sí un gran ambiente.

Por mi lado compareció mi novia, Greta (nuestra galga), Tula (la galga de mi suegra), Lucas (un perrillo moruno) y un servidor. En principio íbamos a correr Greta y yo, pero al final nos animamos todos. Así que el ritmo fue tranquilillo.

Eso sí, aprovechamos la oportunidad para una humilde acción reivindicativa, y es que Greta llevaba a los laterales unos carteles que rezaban: "No compre mascotas, adóptalas". Que ahora en navidades se compran muchos animales para reyes y luego en verano estorban y se abandonan. Además en vez de gastarse una pasta en un perro, que probablemente venga de una fábrica de cachorros, hay cientos esperando en los refugios que hay por toda la geografía nacional, incluso de raza. Además pensad que al sacar a un perro de un refugio no le estáis brindando una nueva oportunidad a él, sino que también hay otro animal que puede ocupar su lugar en el refugio.

PD: En la foto, un pseudo Papa Noel, un pseudo reno y un auténtico elfo juguetero.


viernes, 10 de diciembre de 2010

Correr me da vida. Ahora Ayamonte


Sí, es una frase muy manida, pero es mi realidad actual. Cuando en septiembre me quedé en el paro decidí darle más caña a los entrenos y pensé en ponerme retos, como lo de correr la media maratón en 1h30m. Sin duda correr es un vía de escape, y te mantiene alejado de los problemas, al menos por un rato, mientras vas dando zancadas.

Con la participación en la Media de Córdoba se cumplía el primer ciclo, y tras ella quería pasar una semana entrenando poco o nada. Pero me ha sido imposible. Me he agobiado mucho en casa, demasiado tiempo libre, con lo que lo deseaba cuando estaba currando. Pero todo en demasía es nocivo.

Así que lo que iba a ser una semana de relax se convirtió casi en una semana normal, atléticamente hablando. Cuatro sesiones de entrenamiento, tranquilas, y pensando en la próxima meta, aunque ya le tenía medio elegida. Ayamonte.

Le tengo mucho aprecio a esta localidad onubense, que conozco bien. Llevo veraneando en sus playas de Isla Canela más de 10 años, y uno de sus alicientes, para mí, es lo cerquita que tiene Portugal, país con el que también tengo un idilio especial.

Así que no ha sido nada difícil poner el punto de mira la XVI Media Maratón de Ayamonte, que en principio será el 16 de Enero. Allí el objetivo será acercarme a la 1h30'm o incluso bajar el tiempo, pero sin grandes presiones. Sé que para obtenerlo tocará sufrir en los entrenamientos, pero sin obsesiones, que es la base de mi vuelta a los ruedos, que el disfrute prevalezca.

Os iré contando.



viernes, 3 de diciembre de 2010

Análisis: Diadora Mythos 280GB


Bueno, inicio con mucho cuidadín y con pretensiones muy modestas mis comentarios y valoraciones de zapatillas. Quiero aclarar que simplemente será la expresión de mis sensaciones y que mis conocimientos técnicos son escasos, así que trataré de explicarlo con mis palabras lo mejor posible.


Comienzo con unas zapatillas que no son muy conocidas, ya que la marca no tiene una gran repercusión en España, estoy hablando de las Diadora Mythos 280 GB (siglas de Gelindo Bordin campeón olímpico de maratón en Seul'88). Son unas zapatillas neutras, de la gama alta de la marca italiana, y son unas auténticas trotonas para hacer kilómetros y kilómetros a ritmos medios y tranquilos.

El tacto de su amortiguación me recuerda a las NB o las Mizuno, es decir, más bien duro, pero a todos ojos suficiente, de hecho lleva un sistema de amortiguación similar visualmente al Wave de Mizuno. Yo comencé usándolas con 81kg y ahora estoy en 76. En ningún momento he notado que la amortiguación se quedase corta.

Esta zapatilla no está concebida para ir rápido, ya que no son especialmente ágiles y no destacan por su ligereza, quizás su punto débil. Compré las zapatillas por Internet, junto con unas Saucony Progrid Guide, y simplemente teniéndolas en las mano ya se notaba la diferencia de peso entre los dos modelos, pese a ser ambas zapas de entreno. He realizado rodajes desde 8 a 18 kilómetros a ritmos de 4'30” a 5', y la zapatilla se siente cómoda a esos ritmos. En algún entreno de fartlek noté sus carencias para ir rápido. Si bien es cierto que en las primeras zancadas de aceleración sientes que la zapatilla responde, una vez estabilizas el ritmo notas que no está concebida para eso. Así que nos encontramos con una rodadora pura, ideal para tiradas a ritmos no exigentes.

También a destacar que no es aconsejable sacar a las 280GB de un buen firme, nada de caminos rurales o con ciertas irregularidades, ya que la zapatilla no se adapta para nada. Las usé una vez por una pista forestal y en los baches parecía que la zapatilla salía escupida. Así que asfalto o caminos “lisitos”, donde no encontraréis problemas de estabilidad con las Diadora.

Actualmente las mías tienen unos 600 Kms y parece que aún les queda vida por delante. Además cuando llegué, aproximadamente, a los 400 Kms es cuando más cómodo me empecé a sentir con ellas. Tengo que confesar que al inicio tuve muy serias dudas con ellas, acostumbrado a ir “agustico” con mis Sauconys, pero preparando la media de Córdoba ha sido la zapatilla que más kilómetros ha acumulado, siendo su tope un rodaje de 18kms a un ritmo de 4'30” de media, además no mostraban síntomas de agotamiento, había para seguir.

Así que nos encontramos con una zapatilla cumplidora, si lo que buscamos es rodar y rodar. Creo que puede ser una zapatilla ideal para los que preparan medias y maratones. Quizás los corredores de menos de 70Kg las noten excesivamente pesadas. Por otro lado soy leve pronador, pero el chasis no se ha deformado como sí han hecho otras con “mejor reputación”.

En el mercado existen zapatillas en el mismo segmento menos pesadas y con un mayor confort, pero si os la encontráis a un precio bueno no dudéis en que os responderán muy correctamente. Por último destacar algo que es, obviamente, muy subjetivo, y es que el nivel estético de la zapatilla es genial, recordemos que son italianas.


lunes, 29 de noviembre de 2010

Córdoba de lujo

Satisfacción plena, total, es lo que sentí al cruzar la meta de la XXVI Media Maratón de Córdoba. El fin de semana pintaba mal, con un viernes gris, un sábado bastante lluvioso, pero afortunadamente con un domingo frío, aunque soleado.

El sábado ya estaba yo en la ciudad de los califas con mi novia, hospedados en el Hotel Serrano. Gran ubicación y con buena calidad pese a ser de 2 estrellas. Aunque la jornada esta lluviosa, parece que menos que en Sevilla, nos dimos dos sendos paseos, uno por la mañana y otro a la tarde, para estirar las patas y conocer el casco histórico de la ciudad.

Pese a la lluvia Córdoba estaba preciosa, además la climatología había dejado las calles desiertas, lo que daba más encanto, si cabe, a las callejuelas del Barrio de la Judería y a la propia Mezquita. En cada esquina había un pedacito de historia, romana o musulmana. Espero volver a visitar la ciudad acompañado de “El Lorenzo”.

Con éstas llegamos al domingo, con un cielo despejado que invitaba al optimismo, pero con un frío helador que no dan el bofetón al abandonar el hotel tras el desayuno. Llegamos a los aledaños de la salida, no sin varios problemas debido a los cortes y a las obras y aparcamos junto a un hospital.

Tras pasar por el baño en dos ocasiones me voy a la línea de salida con el tiempo justo. Ya había muchísima gente allí, intento hacerme hueco e ir avanzando. Sigo culebreando entre el personal mientras escucho el tiro. Aquello más que una competición de atletismo parecía una procesión de semana santa. Atendiendo a la diferencia entre el tiempo real y el oficial, tardé más 50 segundos en cruzar la línea de salida, y ahí no quedó la cosa. El primer kilómetro fue un caos, atletas por todos lados, tropiezos, empujones, gente por las aceras, incluso mi novia me dijo que vio a un corredor tener una caída seria al pisar un adoquín que hacía de separador entre la carretera y el carril bici, según parece se hizo buenos raspones en cara, hombro y brazo, aún así se levantó y siguió.

Al poco llegamos a una avenida algo más ancha y ésto facilita la cosa. Pese a todo no consigo ver los puntos kilométricos 1 y 2, debido a la cantidad de atletas que había, sería bueno poner unos globos o algo así que sirvean de distintivo al menos en los primeros kilómetros donde se va tan agrupado. Llego al kilómetro 3 y pico 13'29”, calculo, media 4'30”. Me sorprende, dado que el primer kilómetro debió ser bastante lento, probablemente a 5' o más, así que ahora debía ir rápido, demasiado. Mi plan era hacer esta prueba a 4'30”, e ir de menos a más, sin embargo ya estaba en el ritmo e iba con esas sensaciones extrañas que tenemos en esos primeros kilómetros de ir fresco y rápido y no saber si aguantarás hasta final. Dado que era una media maratón decido bajar algo el pistón, aunque seguía sin saber cuál era mi ritmo real.

Llego al kilómetro 4 y pico 4'22” sigo dudando si seguir por este camino o bajar un poco. Continuó igual pero voy muy pendiente de mis sensaciones, que son buenas. Kilómetro 5, 4'22” otra vez, sigo bien de piernas y respiración, K6 4'23”, K7 4'22”, K8 4'21”. Sigo genial. Aquí tengo esa sensación de que con ese ritmo llego al fin del mundo, tanto es así que ya pienso en los kilómetros finales, si cambiar o no, y cuándo. Tenía la total certeza de que si quería podía llevar ese ritmo hasta la meta sin despeinarme.

Los siguientes kilómetros los paso con el mismo ritmo que los anteriores, segundo arriba segundo abajo. Además como casi siempre cuando vas pasando a gente te vas motivando y yo iba pasando y pasando, iba a mi bola, sólo, sin grupos, pero iba con una total seguridad y convencimiento, nada usual en mí.

Entre el K12 y el 14, aproximadamente, viene la zona más dura de la carrera. Es una sucesión de dos avenidas en pendiente ascendente, no es muy dura, pero sí estás casi 1'5 kilómetros subiendo y ya llegando al K14 la cosa se comienza a notar en el cuadriceps. Justo ahí se da un giro de casi 180º y comienzas a bajar. Comienzo a pensar en cambiar de ritmo, ya que como se suele decir “ya todo es cuesta abajo”. El K15 viene un punto de avituallamiento, los que llevo delante se van a por las primeras botellas y medio me acorralan, los esquivo, me enrabieto, cojo agua y digo “ahora”.

Aquí creo que cometí un pequeño error, no sé si fue porque el cambio de ritmo fue muy brusco o bien porque fue algo temprano, creo que más bien lo primero. Pico a 4'01”, demasiado. Obviamente las buenas sensaciones se van y ahora sé que toca dar lo que queda y, claro está, bajar el ritmo porque era inviable seguir así. En los kilómetros finales hay altibajos en mi ritmo, pero siempre por debajo de 4'20".

Por cierto, no puedo dejar de criticar a aquellos atletas que de manera sistemática cortan en esquinas, rotondas...Creo que no llegan a entender que se engañan a ellos mismos, y luego criticarán que la carrera está mal medida, que su gps tal.... A mí, ir por donde se debía, me costó algún empujón, así que cuando veía que la gente cortaba tenía que avisar que yo no cortaba, para que los que tenía alrededor no me arrollasen al ver que no me subía a la acera. En fin, no hablo más, y sigo por donde iba.

Ataco la última curva, tras una mini cuesta, y ahora encaro la entrada en el estadio pasando aún a algún atleta llevado en volandas por la cercanía de la meta y los gritos del públicos, entre los que distingo el de mi novia, aunque no la veo. K21 4'14” y ya me dejo ir hasta meta.

Tiempo, el de mi reloj, el real: 1h31'35”, media 4'21”. Esto significa que he superado mi meta para esta primera media de “mi nueva era” y que estoy más cerca de lo que pensaba de la marca deseada para la temporada, que es 1h29'59”. Sin embargo, paradojicamente, es la media maratón más lenta que he realizado en mi carrera, son otros tiempos, otro peso...

Ahora con las lluvias que nos van a acompañar, hoy lunes y mañana martes, voy a descansar y planificar un poco que hacer en las próximas semanas. Creo que ahora voy a centrar el tiro en la Media de Ayamonte para enero, quizás para febrero la Media de la propia Marasevi y probablemente en marzo la Media de Málaga. Y entre fecha y fecha aderezaremos el calendario con alguna carrera popular.

Algunos datos. Tiempo real: 1h31'34", Tiempo oficial: 1h32'21". Puesto en la general 624º de 2.948 finalizados. Puesto en mi categoria (Senior B Masculino) 268º de 1.050 finalizados. Y algunas fotos aquí, por cortesía de mi fotografa personal, Verónica.

viernes, 26 de noviembre de 2010

¡¡ Listo para Córdoba !!

Pues como veis ya estoy preparado para el día H. Comiendo pasta por un tubo, descansando todo lo posible y entrenando lo justo y necesario.

Además tuve mi día de crisis, el lunes. La semana pasada entrené muy, pero que muy bien, excelentes sensaciones, terminando fuerte y con hambre de más. Descanso el domingo y el lunes me hice 12 kilómetros. Pues bien, aunque el ritmo era bueno iba atascado, las piernas me pesaban y la respiración descompasada. Creo que fue una mezcla de cierto cansancio físico y la típica visita al Doctor Cagaleri que todos tenemos antes de una cita para la que nos estamos preparando con bastante antelación.

El martes me hice acreedor de mi correspondiente masaje de descarga y tuve tiempo de auto convencerme de que había hecho un gran trabajo y que si todo va bien, o simplemente normal, el domingo será un gran día.

Estoy centrado, concentrado y concienciado. Vamos que en estos momentos tengo la misma cara que Greta, mi galga, la de la foto.

¡¡ Vámonos pá Cordoba !!



jueves, 18 de noviembre de 2010

¡Ay gorrión!

Efectivamente, aquí está la prueba visual (ver vídeo). Si visitáis ese enlace y os vais en concreto al minuto 7:50 y posteriormente al 8:30, podréis ser testigos de mi grácil zancada y mi estilazo de runner. En la próxima carrera firmo autógrafos. Aish...mis segundos de gloria televisiva.



martes, 16 de noviembre de 2010

Tres días parado


Bueno, el sábado por la mañana estaba tan contento, desayunando mi tostadita con aceite de oliva, pensando en que esa tarde tenía el entreno más importante de la preparación para Córdoba, 18 kilómetros, cuando de golpe me sobreviene un dolor en la zona lumbar como un tirón suave y progresivo.

El hecho es que este dolor ha ido reduciéndose gradualmente gracias al reposo y a la medicación. Ya el domingo estaba bastante mejor, y el lunes no había casi molestias. De hecho el lunes descansé por precaución. Prefería no arriesgar un día para volver a recaer durante 2 o 3 días.


Hoy martes me he vuelto a poner las zapas y la verdad es que noté el “descanso”. Las piernas me pedían caña y más cuanto más avanzaba el entreno, sin querer me puse a 4'15”, ritmo superior al que busco para la competición y eché el freno.

Lo más importante es que, si bien es cierto que volvieron unas ligerísimas molestias, no hay dolor. Mañana volveré a rodar, descansaré y me meteré algo de caña el viernes.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Camino Córdoba

Como ya anticipé en anteriormente y algunos ya conocían, me he propuesto volver a la distancia de Media Maratón, una competición que creo que se me dio bien en el pasado aunque sólo disputé una al 100%, casualmente la primera, casualmente en Córdoba.

Y allí es donde quiero “re-debutar”. Tengo un gran recuerdo de dicha media, quizás haya cambiado desde 2002, pero creo que puedo decir que fue la mejor carrera de mi vida, donde realmente vi que todo el sacrificio y el buen hacer de los entrenamientos tuvo un resultado superlativo, inesperado y muy gratificante.

Recuerdo que era un día gris, lluvioso, algo frío, pero sin viento. Yendo hacia Córdoba en coche un gran chaparrón nos hizo temer lo peor, pero durante la prueba sólo llovizno en contadas ocasiones. Durante los tres o cuatro primeros kilómetros estuve con compañeros de mi equipo, yo sabía que tenía más nivel que ellos, pero por otro lado carecía de experiencia en la distancia. Al poco nos superó un grupo en el que iba una cara conocida. Era un chaval de la ADS, que solía quedar por delante mía en las populares, siempre me ganaba. Iba marcando el ritmo con otro compañero y un nutrido grupo a sus espaldas. Pensé unos segundos, arriesgué y me uní a ellos.

Sinceramente su trabajo fue excepcional, el grupo iba perdiendo unidades, pero yo seguía ahí, al ritmo que ellos marcaba. Nunca supe durante la carrera como de rápidos íbamos, porque al poco de unirme al grupo picamos un kilómetro a siete minutos, así que ya no le eché mucha más cuenta al crono. Además recuerdo repasar los tiempos luego en mi reloj y todo aquello era un despropósito, nada fiable.

Mapa Edición 2010.

Faltando unos cinco kilómetros para el final el grupo decide cortar camino por una esquina, el corte era considerable, los atletas que atajaban cruzaban por detrás del público que incluso les recriminaba. Yo decidí no cortar, me llevé una ovación, pero perdí el contacto con el grupo. Ahora sólo era yo, y me tocaba apechugar.

Traté de seguir la pauta marcada por el grupo, pero aunque tenía los ojos fijados en ellos notaba que iba perdiendo metros, además ya el grupo había casi desaparecido y los ADS iban a todo trapo.

Desde ese momento hasta llegar a meta la verdad es que no desfallecí y mantuve un ritmo alto, incluso esprinté ya en la pista cuando alguno me quiso birlar un puesto, tenía energía. Pero lo mejor estaba por llegar. Los de Ideain me dan el papelito: 1h18m47s media 3'44”...En ese momento se me empañan los ojos y comienzo a llorar. Jamás, nunca habría pensado que sería capaz de hacer ese marca, incluso mi entrenador se extrañó sobremanera. A día de hoy sé que esa marca, casi con toda probabilidad, va a ser insuperable para mí, y sin duda es mi mejor carrera, de la que estoy más satisfecho.

Por supuesto que he corrido más medias, no muchas, cinco o seis, pero ninguna más compitiendo. O bien han sido acompañando a alguna fémina o bien preparando la maratón, por lo que el ritmo era más controlado.

Ahora, seis años después, estoy en pos de volver a Córdoba, obviamente con pretensiones mucho más humildes, pero con la misma ilusión, con más experiencia y un recuerdo maravilloso en mi mente.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Fotos robadas en Miraflores




Como suelo hacer últimamente por las mañanas, me encontraba rodando en el Parque Miraflores. Estaba comenzando el entrenamiento, era el primer kilómetro. Bien, llego a una zona en la que discurre paralelo al sendero un carril de asfalto que da acceso al parque a los vehículos a motor, preferentemente a la policía y a los operarios de mantenimiento. Pero en esta ocasión veo que hay un 206 blanco, cosa que me extraña, pero no le doy la menor importancia.

Encaro una larga recta, y escucho el motor del coche. Por el rabillo del ojo veo que va a mi paso, ya ésto me extraña más. A media recta giro la cabeza hacia el coche, y creo ver que un teleobjetivo sale de la ventanilla del acompañante. Me quedo pensativo y a los pocos segundo me vuelvo a girar y sí, ahí sigue el coche y la cámara, ¡Coño!, me están cogiendo...pues que me cojan guapetón. Empiezo a estirar la zancada, a subir más las rodillas...vamos un desastre porque no tengo una zancada bonita.

Llega un punto en el que el camino asfaltado se termina y mi recorrido se separa, nuevo vistazo y allí sigue el teleobjetivo. El resto del entrenamiento me quedé con la mosca detrás de la oreja, ya que seguía viendo el coche, allí donde lo había visto por última vez, pero estaba vacío. Es decir, los colegas estarían dándose un voltio por el parque. Pensé que yo podría ser el próximo protagonista de los carteles de las populares...pero luego me dije que no. Últimamente estaban usando modelos, además yo llevaba un tipazo tremendo. Creo que llevo 2 semanas sin afeitarme, cosas de estar parado, una camiseta negra, unas mallas grises...en fin nada conjuntado. Además por allí iba un balilla, con su equipación, gafas de sol y rodando como un avión, él sería mejor candidato.

Luego pensé en que mi novia me podría haber puesto un detective. ¿Por qué habrá cambiado éste de entrenar en el paseo del río, a irse a diario a Miraflores que está a más de 2 kilómetros de casa? Bueno, incluso pensé en que aquello podía ser un robado para emparejarme con Marujita Díaz o peor con Carmen de Mairena.

El caso es que con mis elucubraciones el entreno se me hizo super corto. Además cuando faltaban dos kilómetros vi a dos tipos, uno con la cámara y otro con un trípode, caminando por los alrededores del lago. Entonces me dije, esto será para algún publireportaje o para un tríptico del parque.

Tanto me reconcomía la duda que cuando terminé los 12 kilómetros me fui a buscarles y les encontré. Me comentaron que trabajaban para Onda Giralda, o Giralda TV, o como se llame ahora y que en un programa llamado Sevilla Siglo XXI echaban reportajes de los parques, los distritos, los barrios. Que me habían visto corriendo entre la arboleda y que les había quedado un plano muy chulo. Que no era un primer plano, sino uno general. Y entonces me salió de dentro la frase que todo buen español dice en estos casos: “-¿Y ésto cuando sale quillo?”. Pues según el Sr.Quillo puede que salga o este miércoles o el próximo a partir de las 21h en el ya citado canal. Aunque no me hago ilusiones, que a lo mejor sólo salgo 2 segundos y encima de espaldas.

Así que al loro.



domingo, 31 de octubre de 2010

Olivares, sabor agridulce

La verdad es que cuando me acosté el sábado por la noche no tenía muy claro si iba a correr en Olivares o no. Todo la jornada había estado lloviendo, con algún que otro chaparrón intenso, sobretodo a la noche. Además estaba el jaleo del cambio de hora, pero lo hice bien y me desperté a la hora correcta.


A las ocho estaba en planta y simplemente al mirar hacia la persiana comprobé que no estaba cubierto, al menos no tanto como el día anterior. Finalmente salí a la calle y vi que el día estaba bastante despejado y el sol lucía. Lo peor era que el viento frío y racheado.

Esto se sumaba a las dudas que ya tenía con esta carrera. Ahora que estaba pensando en correr una media maratón y estoy metiendo más sesiones de entrenamientos con mayores kilometradas, meterme entre pecho y espalda un 10.000 era algo a lo que le tenía respeto. Obviamente el tema no era que pudiese correr 10k, sino que que si me levanto un domingo temprano y voy a una carrera voy con todas las consecuencias, es decir a competir. Tenía cierto miedo a que ello pudiese afectar a mi preparación en forma de lesión o molestias o que me dejase muy cansado y la próxima semana de entrenamientos tuviese que ser suave. Pero por otro lado quería medirme, exprimirme ya que llevaba mucho sin competir y tenía de ganas de correr con gente, que últimamente estoy entrenando “solatera”.

El caso es que desayuné y me preparé para marcharme. Nada más salir a la calle me di cuenta que el protagonista del día iba a ser el dios Eolo. Llegué pronto, una hora antes, me hice con el dorsal y me volví al coche para escuchar algo de música, ya que no apetecía nada estar en la calle, que delicaito estoy.

Faltando 20 minutos para empezar me puse el traje de luces y salí al trote. Me alegró ver a Fran Castillo Limón, que durante unos meses fue compañero de equipo en Grupo 10 y con el que compartí grandes entrenos. Me contó que ahora está al cargo de los niños del C.A. de Olivares.

Me situé bastante bien y se dio el tiro. Como casi siempre y casi todos salimos por encima de nuestro ritmo, primer kilómetro 3'43”, jujuju, para muchacho -me dije-. Me sorprendió que fuésemos a ese ritmo, pensé que debíamos llevar el viento a favor, porque no lo sentía. Eché el freno, pero pensando precisamente en el viento pensé que sería conveniente buscar un buen grupo.

Alrededor marchaban dos mujeres, ambas acompañadas por compañeros de sus clubs, así que aceleré algo para acercarme al grupo. La verdad es que era conveniente ir en compañía, pero había tantas curvas, muchas de 90º grados que los toques y empujones entre los que cortaban por la acera y los que no eran constantes y era un engorro. Con estas pasamos el K2 a 3'49”.

Voy muy por encima de mi ritmo y sé que lo voy a pagar, pero ahora el viento pega y hago un esfuerzo para seguir con el grupo, pico a 3'58” y las alarmas saltan cuando atacamos una cuesta. Estamos volviendo hacia meta y ahora vamos subiendo, está claro que los dos primeros kilómetros fueron favorables, el ritmo lo cantaba, pero no lo supe ver.

Con estas cuestas se desata la guerra entre las chicas. Una de ellas pega un serio hachazo, el grupo se rompe y yo ya sé que mi ritmo irá a menos, así que me quedo con la chica que va más lenta y que va acompañada por ya sólo un compañero. Intento arroparme entre ellos, el viento arrecia, pero el chico se viene abajo y ya no existe grupo como tal. Entre toboganes y ventolera ya no existen grupos. Todo es un hilo de corredores que van por donde pueden.

Se me olvidó comentar que la prueba consistía en dos vueltas de 5 kilómetros. Yo ya entiendo que voy a sufrir, aún no terminó la primera vuelta y ya sentía cierto agobio. K4 4'19” pienso seriamente en retirarme. Empezaba a no verle sentido terminar la prueba, pensaba en que era mejor parar y entrenar bien mañana. Pero por otro lado pensaba que nunca me había retirado en ninguna prueba y que había corrido con molestias y dolor, y aquí estaba sufriendo, simplemente sufriendo por haberme excedido al principio. Decido atarme los machos, apechugar y llevar un ritmo sostenido, daba igual que me adelantasen, traté de transformar lo que quedaba en un “medio entrenamiento”.


Sigo con la chica, le cantan que es la 3ª, he iniciamos la segunda vuelta. No veo el K5, y en el K6 pico 8'39”, haciendo una media simple pues a 4'20”. Lo que queda es aguantar me digo, me dejo llevar un poco en la zona favorable y aprieto los dientes en los tramos de pendiente y sobretodo por el viento. K7 4'13”, K8 4'24”, K9 4'38” y K10 3'55. Este último kilómetro no se debe interpretar de que yo apretase o esprintase, sino que los kilómetros debían estar mal situados. A ver si alguien confirma que la prueba tenía 10K, no se lo pude consultar a nadie que llevase un Garmin, porque nada más terminar me fui al coche para cambiarme, que estaba “arresío”.

Tiempo final 41'41”, media 4'10”, si me quedo sólo con eso, dado el perfil de la prueba y las condiciones meteorológicas me debería dar por satisfecho, pero por otro lado creo que para obtener dicha marca hay diversos caminos y yo escogí el peor. Empezando por encima de mis posibilidades, y no sólo eso, sino que seguí empujando a sabiendas de que iba a morir si seguía por ahí. Digamos que estoy contento con el resultado pero no con las formas.

Sólo espero que esta prueba no me deje ninguna secuela física de cara a mi objetivo antes de fin de año, la Media Maratón de Córdoba, a finales de noviembre.

Por cierto la chica, de apellido Espada, lo llevaba escrito en la camiseta, terminó por delante mía, pese a no necesitarlo subió el ritmo en el último mil. Espero que obtuviese el tercer puesto y le aconsejo que se busque otros gregarios, porque no le aguantaron ni una vuelta, jaja.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Albaida con un sabor especial



Me presenté en Albaida con la mente en una cosa (reciente despido) y las piernas poco entrenadas. Llevaba un par de semanas sin ganas de nada y los entrenos se habían resentido. Además no había hecho nada más allá que rodar y rodar a ritmos muy cómodos. De hecho días antes rodando con unos compis terminé algo mal un rodaje de 8km a una media de 4’40 y donde el último kilómetro salió a 4’25.

Con estas me presento en Albaida con la única intención de bajar de 4’30. De hecho me encontré algún conocido, ex Grupo 10 como yo, y me invitó a unirme a él que iba a ir a 4’10. Obviamente decliné la invitación, demasiao pal’body.

Antes de la carrera ví a Carpe y Ruzmelín además de algún otro compañero de Club Maratón Marinea, y al finalizar a Alauita, todo un honor, ya que asistí a su estreno como “Los lentos de Torreblanca”.

Después de esperar un huevo, porque llegué temprano, se dio la salida. Me coloqué muy bien, lo que me permitió alcanzar un buen ritmo desde el principio, nadie me estorbó y quizás yo fue el estorbo, ya que pasado el momento adrenalínico de los primeros 150 metros bajé el pistón.

Tras la segunda curva, donde muuuuuchos atletas cortaba metros, ya la cosa se empezaba a estabilizar. Alrededor ya se veían los que a la postre serían mis compañeros de fatigas. Ya en este punto no me pasó nadie y si lo hizo yo le volví a rebasar posteriormente.

Yo iba a atento para ver los puntos kilométricos, pero estaba claro que no había nada marcado. Pasamos la primera vuelta y ya somos sólo éramos un grupito de 4 atletas poco organizados. Un compañero y yo marcamos el ritmo en la vuelta, bueno ritmo, no sé que ritmo, porque no tenía ni idea. Aquí se nos perdió un integrante que iba un poco a su bola, lo mismo te sacaba un metro que se marchaba dos atrás. Terminamos la segunda vuelta y el tercer compañero toma el relevo. Yo ya siento que mi batería roza el límite así que no iba a hacer ningún exceso más.

Los compis cortan en la ya mencionada curva, yo sabía que lo iban a hacer, pero me dije – no, no -, y no corté. Me costó la vida recuperar esos 3 metros que perdí, pero los volví a cazar para seguir así arropado. En esta fase pasamos bastantes atletas, se ve que las energías se agotaban o bien nosotros íbamos muy rápidos

Llega la fase final y ya estoy vacío, me centro en mantener la cadencia con la vista fija en los compañeros, pero voy cediendo poco a poco, incluso uno de ellos se vuelve y me anima, pero yo ya iba un poco a la deriva. Al final sólo perdería 5 segundos respectos a ellos, pero eso me importaba poco, de haber llegado con ellos no iba a disputarles, me habían llevado genial la última vuelta.

La sorpresa venía ahora, con la boca abierta y las manos en las rodillas me dan el papelito de Ideain, 28’30”, media 4’04” para 7.000 metros. El asombro es mayúsculo. Veo que el compi de delante lleva un Garmin y me dice que a él le ha dado 6.900 algo, más tarde consultaría con otro, también me da una cifra superior a 6.900 metros.

En cualquier caso el resultado es increíble, he comenzado la temporada en Albaida con el mismo ritmo de competición con el que terminé en el PISA. No doy crédito, y soy sincero. Es más, pienso que de haber estado marcados los kilómetros habría echado el freno al ver el ritmo que llevábamos. Insólito.

miércoles, 28 de julio de 2010

Punto seguido a la temporada 09/10

Llevaba unas semanas sin escribir por pura pereza, pero retomo rápidamente el hilo.


Tras la carrera de en el polígono PISA puse punto final a la temporada. Una temporada muy positiva, llegando a cotas no esperadas ni buscadas y con la sensación de que todo ha salido solo y sin esfuerzo. Obviamente no ha sido tan fácil, pero la realidad es que no me he exprimido al máximo en los entrenos y he ido siempre a mi bola, con escasa planificación, y en base a ello he obtenido unos resultados inmejorables.


Un par de semanas estuve sin calzarme las zapas tras la Carrera del Pisa y ahí comencé a hacerle caso al fisio. Ya lo comenté en una entrada anterior, él me decía que estaba ganando mucha masa muscular y muy rápido, teniendo en cuanta que volví a correr en Noviembre de 2009. Su recomendación, por el mes de Abril 2010, fue la de entrenar con bajas pulsaciones sobre una hora o más, de hecho me dijo que sería ideal que no bajase de 5 min/km en dichos entrenos. Dado que aún tenía alguna carrera popular en mente y que me encontraba eufórico con los resultados que estaba obteniendo, no hice caso su consejo, posponiendo la aplicación del mismo hasta estas fechas.


Y eso es en lo que estoy ocupando ahora mi tiempo de entrenamiento. Rodajes suaves, sobre 1h a ritmos tranquilo. Mi idea es estar así unos 2 meses (como él dijo) con 3-4 sesiones de entreno a dicho ritmo. Creo que puede ser un buena base, a modo de pretemporada. Aunque siento la necesidad de meter algún entreno a ritmo más vivo por en medio.


Por ende no tendré mucho que contar de aquí a Septiembre, aunque creo que estas fechas pueden ser un buen momento para sacar recuerdos del pasado, explicar el nombre del blog o narrar alguna “gesta” de mi época de atleta de “estile”.


En breve narraré alguna cosa.

sábado, 19 de junio de 2010

VI Carrera del PISA. Fin de temporada.


Con esta última entrada pongo fin a la temporada. Tras cruzar la meta me sentí satisfecho, satisfecho por la carrera y por la progresión vivida desde el noviembre pasado cuando volví a los ruedos. Pensé que la última carrera iba a ser la de Carmona, pero salí tan contento con el resultado que sentí la necesidad de volver a medirme, ¿dónde? Pues en la VI Carrera del Parque PISA, en Mairena del Aljarafe.

Dos carreras en una semana, como si fuese un atleta de "estile". Obviamente la semana, en lo que a entrenos se refiere, había transcurrido suave, además sentía el cansancio en las piernas por las cuestas de Carmona y sabía que me arriesgaba a conseguir un resultado algo decepcionante en Mairena. Esta cuestión me hizo plantearme la carrera con el objetivo de tratar de alcanzar la misma media por kilómetro que en Carmona. Aunque ésto parezca un tema sin importancia, la tiene y mucha. Antes de esta carrera en todas había salido con la intención de divertirme, sin marcarme metas, y aunque para la Mairena pensaba igual, dentro de mi existía el deseo de obtener un buen resultado. De hecho durante la propia carrera ese equilibrio entre disfrutar por correr y sufrir por un resultado estuvo en discusión en mi cabeza.


Bueno, que me enredo. Tras un breve calentamiento y los pertinentes estiramientos me situé bastante bien, quizás demasiado. En la salida me vi sobrepasado por muchos atletas, muchos de ellos terminaron, a posteriori, detrás de mí. La prueba comenzaba ya con una subida fuerte, pese a querer tomármelo con calma el primer kilómetro pasó a 4'05". Me dije si has hecho eso con la cuesta es que vas rápido, ¡mantén! Aquí creo que estuvo uno de los momentos clave de la tarde. Muy pronto se rompió la carrera, apenas pasado el primer kilómetro ya me encontraba en una fila de atletas, sin grupos.

Pocos metros delante sí que había un grupo de unos 8 atletas, dudé si esforzarme por cazarlos o bien seguir con ese ritmo bueno que ya llevaba. El dilema se decantó por el hecho de no hacer el sobresfuerzo y reservar para tirar al final. Ahora, escribiendo estas líneas sentado en el sofá, creo que fue un error. ¿Por qué? Pues bien, al poco de tomar la decisión, al girar en una de las calles, me encontré con un viento que tuve que combatir en solitario. -Qué pena no ir con el grupo-, pensaba mientras los veía a poco más de 20 metros. En ocasiones ese viento ayudaba y en otras te frenaba notablemente, en función de los giros de la prueba.

La verdad es que dicho grupo siempre lo tuve al alcance de la mano, hasta que a 2 kilómetros del final el viento arreció en una de las avenidas, ahí la brecha se vio incrementada. Pero la lucha ya no era esa, ahora sabía que tocaba sufrir. Tras los múltiples toboganes del PISA, el viento más una dura cuesta me estaban haciendo mella. Sin embargo yo seguía pasando a gente, cosa que siempre anima - este está peor que yo-. Bien, el momento de crisis se traduce en picar 4'18" en el kilómetro 5. Esto me sentó fatal, veía que ese objetivo oculto, por el que quería y no quería luchar, se iba al traste y aunque ahora venía una generosa cuesta abajo donde recuperar, al fondo se veía otro subida importante.

Sorprendentemente la mente funcionó bien. Me dije -baja recuperando y echa el resto subiendo, es la última carrera-. La bajada me ayudó a recuperar el resuello y a acercarme, casi sin querer, a otros atletas. Comenzó la subida y apreté los dientes, pasé a un atletas, me dije: -vamos por el siguiente-, cambié con sorprendente facilidad y alcancé al otro atleta y lo adelanté, puse el punto de mira en el de más adelante y volví a subir un piñón más y ¡sorpresa!, el cuerpo aceptó el envite, no me lo creía.

Tirando cuesta arriba y todo iba bien. Kilómetro 6, pico, 4'00". ¡Buff subidón! A muerte hasta el final. Aún restaba un poco de cuesta arriba y luego terreno favorable, eché todo lo que tenía y cruzo la meta: 25'45", media 4'04". Ahora sí, cierro el puño, con rabia. Objetivo conseguido.

Continuará...

sábado, 12 de junio de 2010

Carmona. Gran sabor de boca.

La semana había transcurrido con mucho curro y con entreno justo. Echando horas como un mulo y saliendo a entrenar con cierta desgana, cansado y pensando en el curro del día siguiente.

Con éstas llego al viernes, día de la carrera. Salgo tarde de currar, para variar, almuerzo pasadas las 16h y decido echar una cabezacita, a sabiendas que no me sientan bien, pero necesitaba descansar. Dormí como una hora y me levanté con menos ganas aún de correr. Pero me dije
-Quillo, musiquita.- Eso era lo que me podía sacar de mi "caraja".

Puse el volumen algo fuertecito, lo siento vecinos, a los Arctic Monkeys, geniales en mi opinión. A los 3 segundos de la primera canción ya estaba moviendo un pié, y a los 10 segundos el resto del cuerpo, y al minuto pegando botes preparando la mochila para irme a Carmona. Para no perder el idilio musical me llevé el ipod que enchufé al coche y seguí con el mismo grupo de la puerta de casa hasta que aparqué a escasos metros de la zona de salida.

Aunque hubo un poco de jaleo, obtuve el dorsal con cierta facilidad. En esta ocasión me había inscrito con el nombre de club KPN Groningen, que no existe, pero iba a competir con una camiseta que me regaló un amigo atleta holandés que trabaja para KPN, como la Telefónica holandesa, y tienen un club en la propia empresa. Esta chorradilla hizo que perdiese algo más de tiempo, ya que me puse en la cola de mi apellido para obtener el dorsal, pero sin embargo me debía haber puesto en la cola de los clubs.

Bueno, calenté un poco y estiré antes de irme a línea de salida. Afortunadamente no era una popular de Sevilla y se podía obtener con facilidad una buena posición de salida, aunque para mi no era prioritario, y más viendo que la cosa ya comenzaba con una cuesta importante.

Se dio el tiro de salida y controlé mucho mi ritmo inicial. Bastante atletas me pasaron en los primeros metros, yo seguía a mi rollo. Más o menos fui tranquilo durante el primer kilómetro y medio, ahí pegué un pequeño cambio. Al poco pasamos por meta para terminar así la primera vuelta de 2.360 metros y ahora restaban otros 5 kilómetros, en los que se encontraba la temida subida al Parador Nacional.

Pero antes de llegar ahí teníamos que volver a subir la cuesta de salida, que esta vez subí con más ánimo y así seguí, aunque llevaba en mente la cuesta que todos comentaban.

Pasamos un arco, llamado la Puerta de Sevilla y comenzaba el temido "calvario" que no fue tal. Subí al ritmo de los atletas que llevaba alrededor, sin perder fuelle, incluso pasamos a algunos. Coronamos y nos encontramos con la impresionante vista de La Vega, genial. Correr esta carrera vale la pena simplemente por ésto. Aquí, en este punto, es cuando tenía previsto echar el resto, bajando, siempre se me dio mejor que subir.

Dicho y hecho, aún admirando las vistas cambié el chip y amplié zancada, comenzaba el descenso a tope, pero no a mi tope, sino al que me permitía el piso. Al transcurrir por la zona antigua de Carmona la carretera estaba empedrada y en dos ocasiones mi zapatilla resbaló y sentí cierto "canguelo". Así que reduje el ritmo de descenso hasta que la pendiente se suavizó un poco.

Cuando se empezó a llanear vi que el grupo en el que iba había desaparecido, ya todo era un reguero de atletas sueltos y además cada uno iba por donde podía. Unos por la acera, otros por el empedrado, otros por el adoquinado. Yo opté por ir por la mejor trazada, independientemente de la superficie. Esto hizo que dejara atrás a los atletas más cercanos y que me acercase a los de delante, aunque estaban lejos.

Apenas restaban 2 kilómetros para meta, y me veía con buenas piernas, podía mantener el ritmo, pero no incrementarlo, no estoy rápido. Le iba comiendo distancia al de delante pero dudaba que le cazase, miraba para detrás y veía a un atleta con camiseta roja, andaba lejos.

Pasamos el kilómetro 7, quedan 360 metros, estoy más cerca del delante pero yo no tenía sprint, última curva y miro, vuelvo a vigilar al de atrás, está lejos. La curva es muy cerrada, casi hay que parar y arrancar de cero. Veo la meta y me concentro en ella, entonces a menos de 100 metros escucho la gente aplaudir y animar, giro algo la cabeza y veo que tengo encima al atleta de detás, que venía como un avión. Trato de cambiar y lo hago, pero él ya viene lanzado y cuando yo estoy acelerando ya lo tengo al lado y me sobrepasa, le mantengo pero no le paso y casi alcanzamos al que tenía yo delante en la curva. Cruzamos la meta y felicito al chaval por su velocidad y por su sigilo, no le escuché hasta que lo tuve encima.

Aún sin resuello me dan el ticket de Ideain, 30'05", media 4'05", me sorprendo bastante y me alegro. No sólo supone una mejora en la media con respecto a mi carrera anterior en Distrito Sur, aunque esa fuera más larga y calurosa, sino especialmente por la dificultad del terreno. Nunca se me dieron bien las cuestas, y esta carrera las tenía y muchas, así que estoy muy satisfecho de la marca.

De hecho ahora me planteo si alargar un poco más y competir el viernes en el PISA, otra carrera tobogán, aunque de 6.500 metros, o bien desconectar un poco. Tengo que pensarlo.

lunes, 7 de junio de 2010

Por la Ruta del Agua "al fresco"

7:15 Suena el despertador.

7:20 Me peino, me visto y me jalo una barrita de muesli.

7:30 Saco a pasear a Greta, nuestra galga.

7:45 Vuelvo a casa y comienzo a preparar la mochila, a sabiendas de que olvidaré algo, en este caso las gafas de sol.

8:15 Con algo de retraso me monto en el coche y tiro para Guillena.

8:45 Llego a la entrada del tramo restringido de la Ruta del Agua, me cambio y comienzo el calentamiento.

9:00 Breves estiramientos y a patear.

El día apareció algo nublado y la verdad es que la temperatura era muy agradable, incluso tuve que cerrar las ventanillas cuando iba en el coche por el fresquete.

El entrenamiento transcurrió como esperaba, sólo con la novedad de que se me cruzaron varios conejos, se ve que también les gustaba salir por la mañana para evitar el calorcito, además de ver numerosos ciclistas. Como no tenía muchas referencias de distancias decidí llegar hasta el mismo punto donde mi hermano y yo dimos la vuelta la última vez que aparecimos por la Ruta del Agua. Di la vuelta cuando el crono marcaba 31'24".


Poco antes ya habían desaparecido las nubes y el sol comenzaba a calentar, y se notaba, vaya que si se notaba. Sobretodo te dabas cuenta cuando venía algún tramo a la sombra, el cambio de temperatura era palpable. Ya no usaba las cuestas abajo para recuperar, sino esos pequeños oasis a la sobra para respirar profundo y soltar algo de piernas.

Veía que se me empezaba a hacer aquello largo, y calculaba que me quedaban poco más de 5 minutos para llegar al punto de partida. El ritmo no era exigente pero andaba agobiado. Probé, sin embargo, a tirar un poco y sorprendentemente me sentí a gusto. El cuerpo respondió y la última parte la hice notablemente más rápido (sin ir como un avión). Sin duda iba algo enganchado y aquello me sirvió para salir del bloqueo.

El tramo de vuelta lo hice en 30'43", tiempo total 1:02:07, cinco segundos más lentos que la vez anterior, vamos precisión alemana, jeje.


Durante esa hora tuve bastante tiempo para pensar y decidí, tras muchas vueltas y revueltas, cuestas arriba y cuestas abajo, que hasta septiembre (aprox) iba a comenzar a tomármelo muuucho más tranquilo. Salir 2 o 3 veces por semana a rodar tranquilo, sin objetivos, incluso parar totalmente un par de semanas, y ya en septiembre volver a planificar y marcar alguna meta.

Muy probablemente sea Carmona mi última competición de la temporada, el próximo viernes.

lunes, 31 de mayo de 2010

Carrera D.Sur 2010. Toca sufrir.


Nueva carrera y nuevo pasito adelante, algo pequeñito, pero adelante, algo chiquitito, pero positivo. En esta ocasión afronté la carrera en solitario. Mi hermano llevaba casi 2 semanas sin entrenar y decidió no comparecer y no localicé a Ángel antes de salida, así que el escenario era distinto al habitual


Por mi parte las dos últimas semanas tampoco habían sido buenas a lo que entrenamiento se refiere. Salí poco y sin hacer otra cosa que no fuese rodar, así que no esperaba una gran mejora con respecto a la carrera anterior, de haberla.


Otros factores a tener en cuenta fueron la temperatura, se notaba bastante más calorcito y también que iba “estrenando” zapatillas. Obviamente no era la primera vez que las usaba, pero sí era su primera competición. Creo que me precipité y al final de la carrera sentí molestias en los arcos de ambos pies. Más adelante detallaré.


Bueno me situé pronto en el cajón de salida. Había calentado un poco y ya estaba sudando como un pollo, así que decidí estirar ya en la salida y esperar el pistoletazo, no iba a gastar más energía. En este momento se produjeron varios hechos, que creo son absurdos y que se ven en todas las carreras, pero que no entiendo muy bien. Por un lado los típicos atletas con ritmo bajo, (muy bajo) que se pelean para estar en primera fila. Sí, sé que pasa en todas las carreras, y que todos tenemos el derecho a salir donde queramos y lo mejor colocados posibles, pero estoy seguro que dichos atletas recibirán, empujones y golpes durante el primer kilómetro, incluso improperios. En concreto, hablando del ejemplo de ayer, una señora que calculo tendría más de 45 años, estuvo empujando un buen rato hasta que consiguió llegar a primera línea. Pensé, -donde irá-. Tras la llegada de los atletas que siguen calentando hasta el último suspiro delante de la barrera para colocarse en primera línea, pues esta mujer terminaría en 3ª fila, y yo estaría en 5ª o 6ª fila. Se da la salida y tras 2 zancadas ya la tengo encima. Un atleta que va delante se la encuentra, la pasa por la derecha poniéndole la mano en el hombro y desplazándola hacia la izquierda para no tragársela. Ello hace que la mujer se venga hacia a mí y tenga que pagar un saltito para no tropezar con ella. Estoy seguro de que ese no sería el último empujón que recibiría en el primer kilómetro esta buena mujer.


Por otra parte, sí estoy en plan quejica-reivindicativo, me parece vergonzoso esos atletas que salen fuera del cajón. Juegan con ventaja, por no decir de los caraduras que salían directamente de los matorrales, cual alimañas, 50 o 100 metros por delante de la salida. ¿A qué juegan? ¿A engañarse a si mismos? Después dirán que la carrera está mal medida y que los puntos kilométricos no están en su sitio (que no lo están, aunque en esta carrera no estaban tan mal, creo).


Posibles soluciones a este hecho, pues desde mi experiencia internacional, jeje, estuve 5 meses de Erasmus en Holanda y corrí algunas carreras por allí, sería esencial el uso del chip. Allí era algo que había en todas las carreras. Si no recuerdo mal pagabas de 3 a 5€ por el alquiler del chip, que debías devolver al terminar la carrera (la pasta no te la devolvían). Si no lo devolvías te quitaban el importe total del chip (25-30€) de tu cuenta corriente, que era una de los datos que dabas en la inscripción, como para escaparse. Obviamente estaba la opción económica: comprar el chip, por lo que pagando de 25 a 30 € el chip era tuyo y lo podías usar en todas las competiciones dando la referencia de tu chip. La gran mayoría de atletas tenían su propio chip.


Esto hace que, todas salgan del cajón, que tu marca sea precisa ya que quedará registrado cuando tu chip pisa la alfombra de salida y cuando pisas la alfombra de llegada. Y además se pueden instalar controles sorpresa para evitar a los avispados. Como ya digo, en Holanda todas las carreras usaban el chip.


Y también para evitar los empujones y las quejas de los rápidos que se encuentran a los lentos en las primeras filas, y a los lentos que no tienen porqué salir detrás, la opción que se me ocurre es, junto con el chip, crear cajones de salida por marcas.


Yo sólo lo he vivido en mis carnes una sola vez, en Holanda, claro. En función de la marca que acreditabas te daban el dorsal con un color u otro, lo que te daba derecho a entrar en un grupo o en otro. Una persona, voluntario, te daba el acceso al cajón adecuado. A modo de ejemplo: Corredores que bajen de 4’ el kilómetro, y por otro lado el resto. Por simplificar, se podrían hacer más grupo, de hecho los había. Además allí existía una diferencia de 2 minutos desde que salía el primer cajón hasta que salía el segundo cajón. Obviamente tu tiempo final venía reflejado por el chip. Algún día hablaré de dicha carrera en particular.


Imagino que esto segundo es más complejo de gestionar por el IDI, pero lo del chip me parece algo fundamental, sinceramente.


Volvamos a la carrera, que sólo os he contado que “salté a una atleta”. Como entré pronto en el cajón, pues me situé mejor que en eventos anteriores, ello hizo que pudiese alcanzar mi ritmo antes. El primer kilómetro lo hice en 4’20”. A partir de este punto me planteé: vas un pelín rápido, tómatelo tranquilo y vamos de menos a más, o bien sigue así y ya veremos si subimos, bajamos o entramos haciendo el pino.


Estuve dudando un tiempo, incluso busqué alguna cara conocida alrededor, algún compañero de batalla, pero no lo encontré. Estuve con un grupo unos 500m, pero pronto sentí que podía ir más rápido. Desde este punto, aunque iba picando los kilómetros, iba por sensaciones.


Sabía que estaba arriesgando, arriesgando para como venía compitiendo, pero era la última popular y había que exprimirse un poco, ¿no?. Parecía que me había levantando con ganas de sufrir. Los kilómetros iban pasando y la sensación de que iba un poquito por encima de lo adecuado siempre estaba presente, pero sin embargo no sentía alarma ninguna.


Poco más que contar hasta llegar al kilómetro 7. En este punto decidí subir un poco, a ver qué decía el cuerpo. Este pequeño incremento de ritmo, unido a la llegada a la Palmera (me trae fatales recuerdos de mi primera maratón, 2005, en la Palmera fue donde peté y comenzó mi calvario, más calvario diría yo), me hizo ver que llegaba el momento de pasarlo mal. Ya había hecho la apuesta de subir el ritmo, casi nada, la verdad, y el cuerpo me comenzaba a dar malas sensaciones, pero quedaba poco, de perdidos al río. Mantuve mi apuesta y pronto sentí el agobio, pero ya había pasado el k8, y no paraba de decirme –así hasta el final, no tires.


Creo que conseguí el objetivo, mantuve el ritmo o si bajé fue 1 o 2 segundo por kilómetros, que quedó compensando con el arreón final ya dentro del parque. Cuando ya estaba en el circuito interior simplemente abrí algo de piernas, lo que hizo que el ritmo se incrementase algo, muy poco, pero lo suficiente para que nadie me pasara y yo tampoco pasé a nadie. En la recta final no me encontraba con fuerzas para esprintar y eché un vistazo para atrás y tampoco tenía a nadie cerca. Así que terminé a ritmo de crucero con una marca de 40’53”. Atendiendo a algunos GPS la distancia de carrera fue de 9.780 m, lo que saca una media de 4’11”.


Como veréis es una media calcada a la de la carrera anterior, pero creo que hay varios factores que le dan más valor. Por un lado la temperatura, que creo que fue notablemente superior a la vivida en Triana, y por otro lado mis nuevas zapatillas, que sacando a relucir su control de pronación y me crearon dos ampollas, una en cada pie, que imagino aparecieron en los 2 últimos kilómetros, cuando ya iba tocado del ala y mi pisada se volvería más pronadora. Ya había probado las zapatillas en distancia similares varias veces, pero nunca las había probado estando yo “reventado” y corriendo “mal”. De todo se aprende, son mis primeras zapas para pronadores.


Lo que si me plantea la carrera es una duda. Si hubiese salido a ritmo más tranquilo, con la intención de ir de menos a más, como en carreras anteriores, ¿me hubiese salido una marca similar a la obtenida con la estrategia de ir a ritmo “elevado” desde el principio con el consiguiente sufrimiento extra?


Creo que voy a seguir con esta duda un tiempo, y no la solucionaré. Y la otra incógnita es qué hacer a partir de ahora. Se han acabado las populares, y aprieta el calor. ¿Seguir compitiendo alguna prueba más? ¿Bajar el ritmo de entrenos o la cantidad de los mismos? Tengo cosas en las que pensar y creo que replantear objetivos. Ahora mismo estoy en un punto que no me había imaginado cuando decidí volver en Noviembre. Estoy mucho mejor, más delgadito de lo esperado y compitiendo muy bien. ¿Ahora hay que pensar en si sigo así, o me exijo más, con lo que ello conlleva, y si tiene algún sentido?


Continuará