lunes, 20 de septiembre de 2010

Albaida con un sabor especial



Me presenté en Albaida con la mente en una cosa (reciente despido) y las piernas poco entrenadas. Llevaba un par de semanas sin ganas de nada y los entrenos se habían resentido. Además no había hecho nada más allá que rodar y rodar a ritmos muy cómodos. De hecho días antes rodando con unos compis terminé algo mal un rodaje de 8km a una media de 4’40 y donde el último kilómetro salió a 4’25.

Con estas me presento en Albaida con la única intención de bajar de 4’30. De hecho me encontré algún conocido, ex Grupo 10 como yo, y me invitó a unirme a él que iba a ir a 4’10. Obviamente decliné la invitación, demasiao pal’body.

Antes de la carrera ví a Carpe y Ruzmelín además de algún otro compañero de Club Maratón Marinea, y al finalizar a Alauita, todo un honor, ya que asistí a su estreno como “Los lentos de Torreblanca”.

Después de esperar un huevo, porque llegué temprano, se dio la salida. Me coloqué muy bien, lo que me permitió alcanzar un buen ritmo desde el principio, nadie me estorbó y quizás yo fue el estorbo, ya que pasado el momento adrenalínico de los primeros 150 metros bajé el pistón.

Tras la segunda curva, donde muuuuuchos atletas cortaba metros, ya la cosa se empezaba a estabilizar. Alrededor ya se veían los que a la postre serían mis compañeros de fatigas. Ya en este punto no me pasó nadie y si lo hizo yo le volví a rebasar posteriormente.

Yo iba a atento para ver los puntos kilométricos, pero estaba claro que no había nada marcado. Pasamos la primera vuelta y ya somos sólo éramos un grupito de 4 atletas poco organizados. Un compañero y yo marcamos el ritmo en la vuelta, bueno ritmo, no sé que ritmo, porque no tenía ni idea. Aquí se nos perdió un integrante que iba un poco a su bola, lo mismo te sacaba un metro que se marchaba dos atrás. Terminamos la segunda vuelta y el tercer compañero toma el relevo. Yo ya siento que mi batería roza el límite así que no iba a hacer ningún exceso más.

Los compis cortan en la ya mencionada curva, yo sabía que lo iban a hacer, pero me dije – no, no -, y no corté. Me costó la vida recuperar esos 3 metros que perdí, pero los volví a cazar para seguir así arropado. En esta fase pasamos bastantes atletas, se ve que las energías se agotaban o bien nosotros íbamos muy rápidos

Llega la fase final y ya estoy vacío, me centro en mantener la cadencia con la vista fija en los compañeros, pero voy cediendo poco a poco, incluso uno de ellos se vuelve y me anima, pero yo ya iba un poco a la deriva. Al final sólo perdería 5 segundos respectos a ellos, pero eso me importaba poco, de haber llegado con ellos no iba a disputarles, me habían llevado genial la última vuelta.

La sorpresa venía ahora, con la boca abierta y las manos en las rodillas me dan el papelito de Ideain, 28’30”, media 4’04” para 7.000 metros. El asombro es mayúsculo. Veo que el compi de delante lleva un Garmin y me dice que a él le ha dado 6.900 algo, más tarde consultaría con otro, también me da una cifra superior a 6.900 metros.

En cualquier caso el resultado es increíble, he comenzado la temporada en Albaida con el mismo ritmo de competición con el que terminé en el PISA. No doy crédito, y soy sincero. Es más, pienso que de haber estado marcados los kilómetros habría echado el freno al ver el ritmo que llevábamos. Insólito.

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