lunes, 20 de junio de 2011

Stop&Go

Se acabó pero recién comenzó. Si hace 2 viernes competía en Carmona y me tomaba una semana tranquila, en ésta comienza el descanso, pero activo, que el cuerpo me pide guerra tras el subidón de Carmona, donde hice una buena marca y terminé con buenas sensaciones.

Así que me voy a tomar unos 15 días de descanso, de descanso de correr, pero donde trataré introducir pautas que serán positivas, pero que bien por desgana, flojera o simplemente porque no me gusta, las rehuyo. Hablo, sobretodo, de hacer ejercicios de técnica de carrera, algo de fortalecimiento, abdominales, lumbares, flexiones... También cogeré algo la bici, pero nada de tundas, si acaso una hora en plan paseo, para matar el gusanillo.

Ya en julio retomaremos con ganas, muchas ganas.



sábado, 11 de junio de 2011

Subidón en Carmona


Generalmente espero un par de días para para escribir las crónicas, pero en esta ocasión la quiero hacer rápido, aún con la euforia corriendo por mi cuerpo. Creo que no hace falta decir más, estoy contento, muy contento, satisfecho, muy satisfecho. Y no sólo por la gran carrera de ayer, sino con la gran temporada que ya doy por concluida.

Voy sin más dilación a comenzar. La tarde comenzó con algo de stress. Mi novia y Greta se venían de acompañantes. Vero está últimamente muy dormilona y dado su estado actual, la dejé dormir hasta que me vi obligado a despertarla y salimos con la hora pegada en el culo. Finalmente llegamos bien a Carmona, aunque me hubiese gustado llegar antes, para no tener problemas al recoger el dorsal (como tuve), poder hablar con más compañeros y calentar bien. Sin embargo no hice nada de eso, la recogida de dorsal fue caótica y yo no paraba de mirar el reloj, cuando lo tuve en mi poder restaban 20 minutos para comenzar y aún me tenía que cambiar. Luego a vestirme de corto, calentar, mear y buscar un buen puesto de salida, nada de charletas previas.

Tampoco ayudó que la salida se diese con diez minutos de retraso, para subir pulsaciones hice diversas progresiones y pegaba saltitos y botes...venga, venga, que den el tiro ya!

La salida ya es en una cuesta pronunciada y como no sobre adoquín, como el 80% del circuito. Serían unos 150m y luego a bajar. Esta será la tónica de la carrera, arriba, abajo, arriba, abajo...No quiero pasarme de rosca, en esta carrera hay que guardar algo de ropa, ya que hay una cuesta muy fuerte de casi un kilómetro para llegar hasta el Parador Nacional. Así que voy pendiente del Garmin para no cagarla. Paso los 500m en 1'45”, así que decido echar el freno, primer kilómetro en 3'35”, algo hemos controlado. De todas formas es muy complicado establecer un ritmo crucero divido a los continuos desniveles.

Completamos una primera vuelta pequeña, de algo más de dos kilómetros, y volvemos a pasar por meta y por la dura cuesta de salida. Aquí me percato que llevo a unos 30m a un pequeño grupo en el que milita la primera mujer, Concha, una chica siempre queda por delante de mí, lo que me da a entender que yo voy bien o que por el contrario ella va controlando.










Nuevos toboganes y como sé que vamos a llegar a la zona más dura trato por un lado controlar y no pasarme mucho, aunque por otro lado me gustaría cazar al grupo antes del mencionado "calvario" para subir arropado, que siempre ayuda. Voy comiéndoles metros pero cruzamos la “Puerta de Sevilla”, punto de inicio de la zona dura, y aún hay distancia. Clavo en la vista en ellos, el grupo se estira y casi sin querer voy cazando a algunos integrantes que ceden.

Este año la cuesta se me hizo más dura y más larga, señal inequívoca de que en esta ocasión iba con el motor más revolucionado. Casi coronamos y ya estoy con el grupo, o lo que queda de él y escucho como la mujer va diciendo -pero termina ahí, ¿no?, ya está, ¿no?- Parece que ella también va a tope.

Llegamos a lo más alto de la prueba, zona de gozo visual, con la gran vega a tus pies, increíble, merece la pena llegar hasta aquí. Otra diferencia con el año pasado es que desde este punto empecé a bajar fuerte, sin embargo en esta edición me tuve que tomar un respiro, abriendo la boca a tope, inspirando hasta por las orejas, tenía que recuperar un poco del gran esfuerzo. Dos atletas saltan de grupo aprovechando las primeras rampas a favor y yo les sigo, el resto quedan atrás, vamos en fila india.

Aunque vamos bajando y recuperando, el ritmo es alto. Pasamos el kilómetro cinco y pienso, queda un dos mil, una serie de dos mil, pero sé que aún resta otro repecho y decido esperar. Cuando se inicia, y para “descontrair” que diría un portugués, es decir desconectar un poco, en el repecho me concentro en sacar el chupete del bolsillo interior de la calzona.

Calculo que queda unos 1.500m y que ahora vuelve a haber otro pequeño descenso, me pongo el chupe en la boca y abro zancada. Es una serie, paso a un atleta que no responde, menos de un kilómetro, paso a otro que sí se me pega, pero me da igual, estoy luchando con el reloj no con él y no miré atrás. Giro de 180º en el que cuesta arrancar, casi desde cero, pero vuelvo al ritmo fuerte y aprieto, ya sólo restan 200m, echo lo que queda, que no es mucho, saludo a mi chica que me echa fotos y cruzo la meta a un ritmo medio de 3'45” para 7.050m según mi Garmin, 3'43” para 7.100m según la organización. Puesto 55 en la general sobre 520 atletas, y en la categoría senior masculino 37 sobre 265 atletas.

Bueno, ¿qué decir? Contento, muy sastifecho al ver el papelito de la empresa de cronometraje. Estaba tan eufórico que me fui directo a ver a mi chica, que tras unos segundos me dice: no te han dado agua ni nada...coño el plato. Nuevo sprint cuesta arriba para pasar por la zona de regalos. Llego y un voluntario; venga, que ya sólo me quedan seis platos...por los pelos. Se trata de un plato de barro conmemorativo que se lo daban a los cien primeros llegados.

Junto a Mochilo y el famoso plato.

Otros hechos, pues tuve el placer de conocer a Mochilo al final de la prueba, pese a que él ya había reconocido antes de salir a Greta que estaba por allí con mi novia. Igualmente pude darle un buen apretón de manos a Leonardo, otro bloggero que no corría en Carmona porque al día siguiente tenía un 5.000 en pista. Y también pude animar a Mari Reyes, cuando ya atacaba la recta final.

Recibí un par de saludos y ánimos en portugués, obviamente por mi vestimenta, a los que respondí en “bom português”. También es el adiós a mis Saucony Progrid Guide, ya han superado los 1.000 kilómetros y ya noté una bajada de rendimiento notable hace unos meses, pero se tenían que despedir por la puerta grande.


Por último un diez para la animación de la calle, con el pueblo echado a la calle y aplaudiendo con el paso de los atletas. Una carrera muy recomendable sabiendo que no será un paseo de rosas.

Vero, Greta y el menda lerenda.

Definitivamente pongo fin a la temporada en Carmona. Creo que me quedo con las sensaciones actuales, y aunque entrenaré un par de días más en plan relajado para recuperar un poco, porque me duele todo, me voy a pegar unos días de asueto total hasta Julio, donde retomaremos para una nueva temporada. Saludos.

domingo, 5 de junio de 2011

¿Punto y final?


El año pasado correr en Carmona fue porque no había otra. No era/es una prueba que me vaya demasiado: cuestas, adoquinado, colorcito, pero como ya decía no había muchas alternativas entre las que elegir.

Sin embargo me salió una carrera muy buena, sabiendo regular, esperando a la temida cuesta del Parador Nacional y disfrutando como un enano bajando como un loco por el empedrado en el tramo final.

Este año, por el contrario, es una prueba que esperaba en el calendario y que muy probablemente ponga punto y final a mi temporada, que ya estoy pensando en la próxima y es mejor parar ya.

En 2010 salí tan contento del municipio hispalense que alargué un poco más hasta llegar a la competición del P.I.S.A, pero mucho me temo que ahora no será así.