El sábado ya estaba yo en la ciudad de los califas con mi novia, hospedados en el Hotel Serrano. Gran ubicación y con buena calidad pese a ser de 2 estrellas. Aunque la jornada esta lluviosa, parece que menos que en Sevilla, nos dimos dos sendos paseos, uno por la mañana y otro a la tarde, para estirar las patas y conocer el casco histórico de la ciudad.
Pese a la lluvia Córdoba estaba preciosa, además la climatología había dejado las calles desiertas, lo que daba más encanto, si cabe, a las callejuelas del Barrio de la Judería y a la propia Mezquita. En cada esquina había un pedacito de historia, romana o musulmana. Espero volver a visitar la ciudad acompañado de “El Lorenzo”.
Con éstas llegamos al domingo, con un cielo despejado que invitaba al optimismo, pero con un frío helador que no dan el bofetón al abandonar el hotel tras el desayuno. Llegamos a los aledaños de la salida, no sin varios problemas debido a los cortes y a las obras y aparcamos junto a un hospital.
Tras pasar por el baño en dos ocasiones me voy a la línea de salida con el tiempo justo. Ya había muchísima gente allí, intento hacerme hueco e ir avanzando. Sigo culebreando entre el personal mientras escucho el tiro. Aquello más que una competición de atletismo parecía una procesión de semana santa. Atendiendo a la diferencia entre el tiempo real y el oficial, tardé más 50 segundos en cruzar la línea de salida, y ahí no quedó la cosa. El primer kilómetro fue un caos, atletas por todos lados, tropiezos, empujones, gente por las aceras, incluso mi novia me dijo que vio a un corredor tener una caída seria al pisar un adoquín que hacía de separador entre la carretera y el carril bici, según parece se hizo buenos raspones en cara, hombro y brazo, aún así se levantó y siguió.
Al poco llegamos a una avenida algo más ancha y ésto facilita la cosa. Pese a todo no consigo ver los puntos kilométricos 1 y 2, debido a la cantidad de atletas que había, sería bueno poner unos globos o algo así que sirvean de distintivo al menos en los primeros kilómetros donde se va tan agrupado. Llego al kilómetro 3 y pico 13'29”, calculo, media 4'30”. Me sorprende, dado que el primer kilómetro debió ser bastante lento, probablemente a 5' o más, así que ahora debía ir rápido, demasiado. Mi plan era hacer esta prueba a 4'30”, e ir de menos a más, sin embargo ya estaba en el ritmo e iba con esas sensaciones extrañas que tenemos en esos primeros kilómetros de ir fresco y rápido y no saber si aguantarás hasta final. Dado que era una media maratón decido bajar algo el pistón, aunque seguía sin saber cuál era mi ritmo real.
Llego al kilómetro 4 y pico 4'22” sigo dudando si seguir por este camino o bajar un poco. Continuó igual pero voy muy pendiente de mis sensaciones, que son buenas. Kilómetro 5, 4'22” otra vez, sigo bien de piernas y respiración, K6 4'23”, K7 4'22”, K8 4'21”. Sigo genial. Aquí tengo esa sensación de que con ese ritmo llego al fin del mundo, tanto es así que ya pienso en los kilómetros finales, si cambiar o no, y cuándo. Tenía la total certeza de que si quería podía llevar ese ritmo hasta la meta sin despeinarme.
Los siguientes kilómetros los paso con el mismo ritmo que los anteriores, segundo arriba segundo abajo. Además como casi siempre cuando vas pasando a gente te vas motivando y yo iba pasando y pasando, iba a mi bola, sólo, sin grupos, pero iba con una total seguridad y convencimiento, nada usual en mí.
Entre el K12 y el 14, aproximadamente, viene la zona más dura de la carrera. Es una sucesión de dos avenidas en pendiente ascendente, no es muy dura, pero sí estás casi 1'5 kilómetros subiendo y ya llegando al K14 la cosa se comienza a notar en el cuadriceps. Justo ahí se da un giro de casi 180º y comienzas a bajar. Comienzo a pensar en cambiar de ritmo, ya que como se suele decir “ya todo es cuesta abajo”. El K15 viene un punto de avituallamiento, los que llevo delante se van a por las primeras botellas y medio me acorralan, los esquivo, me enrabieto, cojo agua y digo “ahora”.
Aquí creo que cometí un pequeño error, no sé si fue porque el cambio de ritmo fue muy brusco o bien porque fue algo temprano, creo que más bien lo primero. Pico a 4'01”, demasiado. Obviamente las buenas sensaciones se van y ahora sé que toca dar lo que queda y, claro está, bajar el ritmo porque era inviable seguir así. En los kilómetros finales hay altibajos en mi ritmo, pero siempre por debajo de 4'20".
Por cierto, no puedo dejar de criticar a aquellos atletas que de manera sistemática cortan en esquinas, rotondas...Creo que no llegan a entender que se engañan a ellos mismos, y luego criticarán que la carrera está mal medida, que su gps tal.... A mí, ir por donde se debía, me costó algún empujón, así que cuando veía que la gente cortaba tenía que avisar que yo no cortaba, para que los que tenía alrededor no me arrollasen al ver que no me subía a la acera. En fin, no hablo más, y sigo por donde iba.
Ataco la última curva, tras una mini cuesta, y ahora encaro la entrada en el estadio pasando aún a algún atleta llevado en volandas por la cercanía de la meta y los gritos del públicos, entre los que distingo el de mi novia, aunque no la veo. K21 4'14” y ya me dejo ir hasta meta.
Tiempo, el de mi reloj, el real: 1h31'35”, media 4'21”. Esto significa que he superado mi meta para esta primera media de “mi nueva era” y que estoy más cerca de lo que pensaba de la marca deseada para la temporada, que es 1h29'59”. Sin embargo, paradojicamente, es la media maratón más lenta que he realizado en mi carrera, son otros tiempos, otro peso...
Ahora con las lluvias que nos van a acompañar, hoy lunes y mañana martes, voy a descansar y planificar un poco que hacer en las próximas semanas. Creo que ahora voy a centrar el tiro en la Media de Ayamonte para enero, quizás para febrero la Media de la propia Marasevi y probablemente en marzo la Media de Málaga. Y entre fecha y fecha aderezaremos el calendario con alguna carrera popular.
Algunos datos. Tiempo real: 1h31'34", Tiempo oficial: 1h32'21". Puesto en la general 624º de 2.948 finalizados. Puesto en mi categoria (Senior B Masculino) 268º de 1.050 finalizados. Y algunas fotos aquí, por cortesía de mi fotografa personal, Verónica.