martes, 13 de abril de 2010

Visita al podólog@




Llevo unas jornadas, bueno muchas, sin escribir, pero es que desde el punto de vista “del correr” no ha pasado nada especialmente relevante. Pero sí fuera “de las pistas”.


Creo que os dejé con la intriga de mi lesión que me tenía fuera de juego para la Popular de Amate. Creí que era facia lata, pero resultó ser el vasto externo en su inserción con la rodilla, de ahí que sintiese una molestia similar. Era el segundo problema en la misma pierna, y casi en la misma zona, en poco más de 5 meses.


Mi fisio me alertó. Eres mayor, más peso, ¿te has mirado alguna vez la pisada?...Va a ser que no. Siempre he usado zapatillas neutras y nunca tuve ningún problema, al menos que yo sepa, achacable a mi pisada o al calzado. Pero ahora me asaltaba la duda y sobre todo la curiosidad. Fue mi fisio el que recomendó visitar al podólogo, en este caso podóloga, Sandra, de Podosevilla.


Así que tras Semana Santa concerté la primera cita. Al abandonar la consulta, la verdad, salí con una sensación de total asombro, cual pitonisa me había “leído” en mis piernas parte de mi carrera deportiva y descubierto muchos de mis hábitos a la hora de correr y caminar.


Creí que sólo me iba a “tocar” los pies, sin embargo el análisis fue mucho más lejos. Articulaciones, músculos y todo le daba información que yo corroboraba. Ciertamente flipaba. En el primer minuto ya concluyó que era pronador al ver mis zapas viejas, que hábilmente llevé a la consulta.



Al inicio creyó que iba a ser pronador severo, sin embargo a medida que fue analizando más cosas la “gravedad” del asunto fue decreciendo. No era tanto la pronación como sí cierta rotación en mi cadera. Lo sé, algún fallo tenía que tener el nene, no soy perfecto.


Tras otras verificaciones optó por hacer algunas pruebas previas para concluir si necesitaba o no plantillas. Así que quedamos para el día siguiente poner unos “extras” a las propias plantillas que ya trae el calzado en mis zapas de entrenamiento. Son como unos apéndices con la idea de evitar la pronación.



La verdad es que la primera sensación al entrenar con ellos es que algo es rara, pero sin llegar a ser molestia. A veces sentía algo en el tobillo, otras veces en la rodilla, en una pierna, en otra. Pero todo bien.


Ahora un par de semanas de prueba y nueva visita al podólogo, para analizar sensaciones y ver si es necesaria más corrección.


En este punto debo decir que la visita la recomiendo sobremanera, simplemente por el hecho de ver lo que se puede descubrir en 20 minutos sobre tu cuerpo con un rápido vistazo de esta profesional. Merece la pena.


Nos vemos en San Pablo.


Continuará.


No hay comentarios:

Publicar un comentario