Cuando bicheando, hace semanas, el calendario en busca de
posibles carreras futuras y vi la I Carrera
Popular de Lantejuela, se me abrieron los ojos como platos. Nunca había estado
allí, me sonaba a lejano, pese a estar en la propia provincia de Sevilla, y ya
ese hecho me sedujo.
No fue fácil, pese a todo, mantener el ritmo. La carrera de
Lantejuela me recordó un poco a la de Olivares: innumerables cuestas cortas, giros, muy
complicado correr de una manera constante. En el K6 me dije si parar o seguir
otro más, y alargué hasta el 7. Vaya elección la mía, sin duda en ese kilómetro fue
donde más se subía, o por lo menos de una manera más prolongada. Ya a partir de
ahí suave hasta meta.
Cuando voy a una carrera no sólo miro el tema competitivo en
sí, sino también otros factores. Como si estoy a gusto, si hay muchos
participantes, si el sitio es bonito, si la gente del pueblo se vuelca. En fin,
que no es sólo correr por correr. También debo decir que no siempre obro así.
En otras ocasiones me mueve el mero afán competitivo, y uno busca carreras
llanas, rápidas y para hacer marca, y me da un poco igual el resto.
Es por ello que voy a carreras como la de Esquivel o la MM de Almodóvar del Río, por citar dos. Pues ahí también metería la de Lantejuela. Siendo su primera
edición, uno podría esperar errores, fallos de juventud. Pero no fue el caso,
un notable alto le pondría a esta prueba, sin duda.
Entre los factores que pongo en la balanza para ir o no ir a
una carrera “lejana”, está el viaje en sí. Así que días antes me tracé la ruta
para llegar hasta Lantejuela con tranquilidad, sin prisas, por vías
secundarias. Disfrutar de la mañana, la carretera, la música, para mí es un
añadido. Así salí de Alcalá del Río y pasé por La Rinconada, San José de la Rinconada, junto a
Brenes, Carmona, Marchena y finalmente Lantejuela. Algo menos de 90 kilómetros que,
obviamente, hubiese hecho más rápido por otra ruta, pero que se me hicieron
amenos e interesantes, disfruntando de paisajes nada monótonos y la
tranquilidad de ir a tu ritmo. Vale, no tengo un BMW, voy en un Twingo, pero también me gusta
conducir.
Si nos ceñimos a lo puramente atlético, diré que ir a esta
carrera no cuadraba mucho. El fin de semana anterior lo había dado todo en la Carrera IMD del Parque MªLuisa
y el viernes 13 quiero echar el resto en Carmona, para cerrar la temporada. Así
que competir aquí no tenía mucho sentido. Exigirme el 100% iba a estar
complicado, dada la cercanía de la última popular, y además corría el riesgo de
hipotecarme un poco el tema de Carmona. Pero como decía al principio, no sólo
es correr lo que me llevó hasta Lantejuela.
No debo negar que otro aliciente, con el que uno siempre
suele caer en ensoñaciones, es el hecho de que en esta carrera el límite de
inscripción eran doscientos dorsales, hubo algún participantes menos, y que
había premios a la general y por categorías no acumulables. ¿Por qué no? Pese a ser algo secundario,
subyace en la mente y la alimenta (el hecho de coger trofeo). De ilusiones se vive, que diría el otro, y
soñar es gratis.
Sin embargo este sueño no duró mucho. Mientras recogía el
dorsal y daba un paseo por las flamantes pistas, no reconocí a ningún galgo, lo
que disparó un poco las pulsaciones. Sin embargo, no fue hasta poco antes de
media hora del inicio de la prueba, cuando los primeros tiburones se dejaron
ver. Ya vi 3 o 4 que eran totalmente inalcanzables. Así que mis esperanzas se
diluyeron rápido.
No decidí ahogar mis escasas posibilidades hasta el K2. Salí
a ritmo vivo, para por lo menos controlar la cabeza de carrera, aunque sólo
fuese con la vista. Creo que iría entre los 20-25 primeros y esperaba cazar a
algún atleta de estos que sale a muerte, fruto de la efervescencia de la
salida. Aunque cacé a algunos, insuficientes, no dude, dado el escenario, en pasar al
plan b: hacer un entrenamiento de calidad. Me planteé, entonces, hacer un
rodaje de 6-7
kilómetros a ritmo competición, y luego ir relajado
hasta meta. No tenía mucho sentido volver a competir otro diez mil, siete días
después y volver a competir el viernes, si no había nada que rascar hoy.
Primeros compases |
Iba cansado, no podía ser de otra forma, pero no muerto. De
hecho me costó bastante desconectar de la carrera. Quería ir tranquilamente a 4’40”, 4’50”
hasta meta, pero sin embargo seguía con cierta tensión competitiva en las
piernas. Es en este punto, en el que iba relajado, donde me percaté del calor que
hacía. Qué alegría que en los puntos de avituallamiento, un total de tres, el
agua estuviese fría.
Últimos metros |
Poco queda que narrar de la carrera. Obviamente me pasaron
atletas hasta llegar de nuevo al estadio, pero aún disfruté de un instante más. Al
llegar a los aledaños de las instalaciones deportivas voy escuchando como van
coreando un nombre tras mi paso. Debe ser la persona que viene justo
detrás de mí (pienso). Echo un vistazo y parece un señor bastante mayor. Veo que se
afana por cazarme en las pistas, y decido esperarle para entrar junto a él.
Gran esfuerzo el suyo, con casta, aunque al final casi nos peleamos porque
quería que yo entrase primero. Lo hicimos a la par.
Por último quería hacer una mención especial a la
organización. Voy a tratar de ser lo más objetivo posible. Recogida de dorsal
muy rápida. Ubicación de la salida, muy buena, sin aglomeraciones, limpia.
Viario, muy bueno, quizás algún giro de 180º que te rompe el ritmo, pero nada
más. Balización: excepcional. Medición: me dio exactamente en el Garmin 10K,
así que lo mismo tiene algún metro menos. Bolsa del corredor: camiseta,
bocadillo, fruta, agua, refresco, dos latas de cerveza, folleto del pueblo y
mapa de la provincia. Instalaciones: pistas nuevas, aunque no de tartán, campo
de de césped de artificial para calentar y estirar y vestuarios con duchas con
agua caliente. Había servicio de masaje. No sé si había servicio de
guardarropa. Recibí mucho ánimo del pueblo durante la carrera, no tuve
problemas con el tráfico y había muchos voluntarios en el recorrido. Con todo
esto quiero decir que es una carrera muy, muy recomendable, pese a la lejanía. Probablemente el año que viene repita.
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