viernes, 14 de febrero de 2014

Tiempo de maratón: Dank je wel!


Concluyó el periodo dedicado a conmemorar los 10 años de mi estancia en Groningen. Y la verdad es que no ha podido ir mejor. Bajar de 37 minutos en un diez mil y hacer unos segundos más de 1 hora, 20 minutos en media maratón, han sido los grandes logros conseguidos en los últimos 5 meses.

De hecho desde la Media Maratón de Córdoba no he competido más, y puse rumbo fijo a la Maratón de Sevilla. Esto no quiere decir que no me haya vuelto a poner el dorsal. En contra de lo que suele ser habitual en mí, he participado en más pruebas, a modo de tirada larga.
Así me desplacé hasta Ayamonte, con el gran José Luis Olivares, para pasar una gran mañana, pese al fuerte viento y hacerme casi 30 kilómetros.
Salida de la MM Ayamonte con Lobo

Algo similar ocurrió en la media de La Cartuja, 28 kilómetros a la saca, y más recientemente en la I Media Maratón de Huelva, bajo una fina pero insistente llovizna, dónde las tiradas largas tuvieron su fin.

Meta de la I MM de Huelva


Me he divertido mucho durante esta preparación, donde he notado como el cuerpo se ha ido adaptando a los ritmos y la carga de kilómetros. He salido contento de todos los entrenamientos, pero ahora toca cuidarse y culminar. Pero daré más detalles antes del día clave.


Antes de poner punto final al “momento Groningen”, quería reseñar, destacar, un nombre: Tjeerd Doornbos. Un nombre que no conoceréis, como es obvio, pero el caso es que yo tampoco hasta hace pocas fechas. Este Señor, un gran veterano holandés, tuvo un enorme detalle, descomunal, hace 10 años. Al poco de comenzar a entrenar con el Groningen Atletiek, un compañero se me acercó y me dio una mochila vieja. Ésta estaba llena de ropa, de atletismo, usada. Era un presente del amigo Tjeerd. Según parece me veía entrenar con calzonas o mallas cortas, “arresío”, y decidió donarme parte de su vestuario.


¡Vaya planta la de Tjeerd Doornbos!
Le saqué gran partido a su regalo, ya que allí el frío, la lluvia y sobretodo el viento, son una constante. Un par de cortavientos, mallas largas, camisetas…En fin, cosas que me fueron de enorme utilidad y de las cuales conservo algunas a día de hoy, amén de la mochila que suelo llevar los días de competición.


Lo más curioso es que este buen señor no me conocía de nada y que no cruzamos palabra alguna, más que un “thanks” por mi parte, y un guiño o el pulgar levantado las dos o tres veces que nos cruzamos por las pistas de Stadspark.


Según parece Mister Doornbos, en sus tiempos mozos, debió ser un crack. Estaba patrocinado por tiendas locales y por la marca Saucony. De hecho la gran mayoría de prendas que iban en la mochila, incluso ella misma, son de esa marca. Y decía que no conocía yo tampoco su nombre porque he tenido que investigar un poco y consultar a antiguos amigos, para conocer el nombre de este Señor. Desde aquí me vuelvo a quitar el sombrero y le agradezco su regalo, Dank je wel, Tjeerd!



2 comentarios:

  1. Estaremos pendientes porque te saldrá una grandisima maraton.
    Por cierto, no vayas a dejar la mochila esa que tanto aprecias en el guardarropa del estadio... Le puede pasar cualquier cosa!!! Je,je,je,je

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  2. Gracias Javier. La mochila ya ha pasado por muchos guardarrapas, incluido el del Estadio Olímpico, le gusta competir y los saraos!

    Suerte también en tu maratón.

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