La prueba de la localidad utrerana siempre había estado en
mi mente. La gente hablaba mucho de ella, bien organizada, con un fin benéfico,
real, tangible, no abstracto y opaco como en otras carreras.
El caso es que, por las fechas en las que suele ser, nunca
había comparecido, ya fuese por ser el fin de la temporada o porque tenía en
ciernes otra prueba donde quería dar el do de pecho. Este año no iba a ser
diferente, pero se produjo un hecho diferencial que hizo sin duda convertir la
prueba en parada obligatoria. Y esa razón no era otra que la de conocer, la de
poner cara, a Javigan, usuario del Foro El Atleta, con el que tantos entrenos,
consejos y vivencias habíamos compartido, pero siempre en la distancia que da
la red de redes.
Casi se me pasa el plazo de inscripción, el penúltimo día
hice el pago. La verdad es que tenía puesta la mente en otras cosas,
principalmente en ¿cuándo entrenar? Y
es que con el nuevo trabajo (jornada partida) y el peque, pues había que hacer malabarismos
para sacar un rato para entrenar como se debe entrenar. El caso es que estaba
saliendo a deshoras, con poca uniformidad en los horarios y modificando el plan
de entrenos. Todo ello, la verdad, me ofuscaba bastante, por lo que ya si
hablábamos de competir, pues la cosa quedaba en un segundísimo plano. Bueno, no
divago mucho más de este tema, que seguro que mucho habréis pasado por ello e
imagino que sólo será cuestión de adaptarse (cuerpo y mente) a las nuevas
circunstancias.
Vayamos a los hechos. Me presento en Utrera sin saber muy
bien como tomarme la carrera, de hecho no modifico mi plan de entrenamientos y
el propio viernes antes de la competición entreno calidad. Ello unido a mi
estado metal tipo “puff”, por lo narrado
en el párrafo anterior, me hacen no tener ganas de meter caña. Por otro lado
está “el medio pique” que hay en el foro con quién felpa a quién, así que había que, pese a todo, mantener el
pabellón bien alto.
Conozco a Javigan en la recogida de dorsales, y desde ahí no
nos separamos mucho. Charleta y antes de calentar nos encontramos con otro
forero, Moncho, al que acompañé en la Maratón de Sevilla cuando se le torcieron
las cosas acompañando al también forero Groucho. Javigan me explica sus planes
de salir a disfrutar, a 3’50”… creo que esas ideas con antónimas, ¿no? Yo ya pienso en la que se me
avecina, a 3’50”?? No me veo. Moncho
se une al carro y dice que nos acompaña. Muy rápido aceptó la invitación, luego
supimos que el tío está más fuerte que el vinagre y nos llevó con la lengua
fuera toda la carrera.
Yo sigo con mi estado de”
no quiero correr, pero hay que seguir a estos machotes”, y con estas se da
el tiro. Moncho tomó la delantera de inmediato, posición que no abandonaría en
toda la prueba, Javigan se lanza tras él y yo ya pienso “si lo sé no vengo” arrancando tras el de Rota. Nos estorban
algunos atletas y Moncho toma la calle 0, Javigan hace lo propio y el servidor
también. Parecía que una carrera de motos, a rebufo uno del otro.
Salimos del estadio y vamos dirección al pueblo. El ritmo es
vivo, marca Moncho, además el terreno es ligeramente favorable, lo que nos hace
ir por debajo de 3’50”. Aquí Javigán y yo comentamos que vamos muy fuertes y
que luego esto habrá que subirlo. Ni caso, Moncho sigue y sigue y nosotros
detrás.
Llegamos al pueblo donde comienza un incesante callejeo con
múltiples giros y adoquín, mucho adoquín. En cada curva veo que se me van un
poco, no hay chispa para arrancar tras cada giro, pero los vuelvo a coger poco
a poco. Por lo general nunca se me fueron mucho más de 10 metros, pero yo iba
ahí agazapado, sin querer asomar el hocico no fuese a ser que se cabrearan y
tiraran más.
Se dio una escena paradójica cuando en una calle todos los
atletas que había nuestro alrededor saltaron a la acera para evitar los
adoquines. Moncho, Javigan y yo nos quedamos “solos” en la calle, en una
perfecta fila, separados por 2 o 3 metros uno del otro, de foto.
Yo me sorprendía con las sensaciones, pese a todo iba con ellos
y aún ritmo sorprendentemente elevado. Pero el punto crítico llegó pasado el
K6. Una cuesta, no muy dura, pero algo prolongada, con adoquín, como no. Ya me
hizo verle las orejas al lobo y comencé a ceder metros. Mal de muchos consuelo
de tontos, veo que Javigan, a su vez, cede también y Moncho se aleja. Ahora sí
aprieto los dientes para no alejarme mucho de él, y más o menos me mantengo.
Poco después Javigan echa una miradita atrás y me hace un
gesto, vamos a entrar juntos. Queda el último repecho de entrada al estadio,
cuesta bastante, y entramos en las pistas seguidos de varios atletas. Javigan
me espera y me da cuartelillo, miramos para atrás y vemos al personal con el
cuchillo entre los dientes. Javigan me dice Vamos?,
y digo Tira! Cual serie de “casicuatrocientos
“ uno tras otro, nos marcamos un último 400m con un promedio por debajo de 3’40”
y entramos juntos en meta… pa’habernos
matao! – Javigan, está más fresco.
Salgo contento de Utrera. Fue una prueba bonita, bien
organizada, aunque tanto adoquín te deja machacado. Por otro lado el resultado
me dio la confianza que me faltaba, me salió una media de 3’53”, lo que dadas
las circunstancias creo que fue un extraordinario resultado. De haber
descansado la semana previa hubiese salido mucho mejor. Pero lo principal fue
conocer a Javigan vaya fiera. Esta entrada te la dedico pisha!
Datos Garmin: http://connect.garmin.com/activity/180146999
Datos Garmin: http://connect.garmin.com/activity/180146999
Ahora la vista se centra en Carmona y probablemente en Dos
Hermanas. Pruebas nocturnas ambas, que es lo que va apeteciendo.