lunes, 23 de abril de 2012
Carrera Distrito Nervión-San Pablo.
miércoles, 18 de abril de 2012
IV Cross Popular de Esquivel
Esperaba con ganas la llegada de esta carrera. Tenía una espinita clavada, ya que el año pasado se me escapó la oportunidad de podio principalmente porque bajé los brazos a 2K de meta y perdí el tercer puesto, algo que en mi nivel se cotiza muy caro. Obviamente yo no sabía que me lo estaba jugando, pero aprendí la lección de que hay que luchar hasta el final.
En cualquier caso, no era el podio lo que me motivaba, sino el batir la marca, el superarme a mí mismo y quedar satisfecho. La verdad es que tenía casi la absoluta certeza de que iba a conseguirlo, creo que estoy en muy buen estado de forma y que sin un gran esfuerzo batiría mi tiempo, como así hice en más de 1 minuto.
Pero me freno que me anticipo. Aunque se esté trabajando con un plan de 10.000 el que vaya a Esquivel debe saber que allí no batirá su marca en la distancia. La carrera discurre casi en su totalidad por carriles de tierra, eso sí en buen estado. Además tiene diversas cuestas que hacen que sea complicado llevar un ritmo uniforme. Su punto fuerte es sin duda el paraje, el ser diferente a otras carreras y su carácter “familiar”. Carrera pequeña, con pocos medios, pero que es gestionada, no sin esfuerzo, de una manera correcta por la inmejorable gente del Club Atletismo Esquivel.
Vayamos al pan. Este año, además, coincido en el pre y en el pos-carrera con buenos amigos, por lo que se ve que va a ser una mañana agradable. Obtengo el dorsal sin apreturas, aunque a este respecto contaré una anécdota a posteri, calenté un poco, dando dos vuelta a Esquivel, sí es “chequetito”, y a la salida, dónde te puedes colocar donde quieras, sin codazos, empujones ni nada.
Ya antes de empezar había “echado una visual” para ver que galgos había, y aunque el nivel no era muy alto, estaba claro que luchar por el podio estaba lejos de mi alcance. Así que cuando se dio la salida ya iba con la idea clara de batir marca y disfrutar.
El primer kilómetro se hace muy rápido, el salir con facilidad y llevar a la cabeza tan cerca te hace tirar más de la cuenta, aunque vayas con el freno de mano echado. Además había una cuesta a favor en este primer mil, que te deja ya en campo abierto. Dejamos atrás Esquivel y aparece el protagonista de la jornada y que dentro de la urbe había estado oculto. El viento, lateral y de cara que sopla fuerte. No hay abrigo posible, los carriles transcurren entre campos de cultivo con escasa vegetación, por lo que te lo tragas todo. A mí no me pillan como en Isla Mayor o Faro, pensé, y empecé a regular muy pronto.
Fui cauto y esperé que la fruta fuese madurando y cayendo por su propio peso, lo que fue una gran motivación en carrera. Ya en el tercer kilómetro el pelotón se hubo estirado casi completamente. No había grupos, sino atletas sueltos o en parejas, incluso en ocasiones parecía como un pelotón ciclista, uno tras otro para esconderse del viento. Aquí empezó la cacería, progresivamente fui aumentando el ritmo y adelantando a gente.
Paso el ecuador de la carrera y me siento estupendamente, ya pienso que he sido demasiado “amrrategui”, pero comienza la vuelta y a priori el viento ayudará. Así que decido echar más leña a la locomotora. En este punto un atleta joven, creo que el hermano de Leo Lora Garre, al que ya había pasado antes luchó por alcanzarme. Pero justo estaba yo metiendo más tralla y no pudo seguirme.
Sin embargo aún no era el momento de darlo todo, restaba por superar “la cuesta” del kilómetro
Una vez terminado el descenso cogí un gran ritmo, por ratos rondé 3’40 bajos, obviamente el viento ahora ayudaba. Y comencé a ganar metros, sabía que podría de llegar con él a Esquivel y jugármelo al sprint, pero para qué esperar me dije, llegué a él y no di opción, seguí casi a tope. Trató de seguirme, pero abandonó pronto.
Seguí a buen ritmo, pero el hecho de que el siguiente atleta anduviese muy lejos no me ayudó. En cualquier caso mantuve un buen ritmo, subí la cuesta de entrada a Esquivel, ya aquí si noté cansancio, para después callejear y disfrutar de la entrada en meta chocando las palmas de algunos niños entre aplausos.
Finalmente terminé el 10º de la general, y 8º senior masculino, ¡ genial! Bajé marca y lo mejor es que disfruté mucho de la carrera, aunque quizás me quedó algo de pólvora, terminé algo entero. Y como guinda, genial pos-carrera con muchos amigos, especialmente los del Club Marathon Mairena, que me invitaron a su carpa con diversas y exquisitas viandas. Además la organización, tras las carreras de los peques y la entrega de los trofeos dio caldereta y bebidas gratis a todos los que por allí anduviesen. Como para no repetir en 2013.
Ah! Casi se me olvida la anécdota del dorsal. Al pedirlo no me encuentran, finalmente estoy en la lista de Veteranos A, sería me debut en la categoría, pero me extrañaba. En fin, asumo que cumplo años y que la pubertad quedó lejos, y me pongo a calentar. Encuentro a José Manuel Espinar, y le comento que cómo le va la veteranía y no me pilla la broma…Hablamos y resulta que él es del 74 y tenía dorsal senior y yo soy del 78, vamos que había una confusión con mi dorsal. Dude entre pasar del tema o solucionarlo, total, que más da, me decía. Al final lo cambié y lo modificaron a senior. Pues resulta que de no haberlo cambiado yo habría sido 3º en la clasificación de Veterano A… Parece que nunca subiré al podio en Esquivel, pero es que uno es muy legal.