lunes, 23 de abril de 2012

Carrera Distrito Nervión-San Pablo.



Sensaciones encontradas en al prueba del Distrito Nervión-San Pablo. Es una de estas veces en la que sales a por todas y no te sale. Quizás demasiado osado fui al pensar que tras competir en Esquivel, aunque no fuese al 100%, podría plantarme siete días después en una salida dispuesto a batir el promedio que hice en Brenes (3’46”).

Sin embargo salí con esa idea. Obtuve una buena posición en la salida y pese a tener a dos señoras que superaban los 50 años delante con poca pinta de atletas y que tuve que apartar de un empellón cuando se dio el tiro, alcancé el ritmo buscado pronto.

Estuve rondando el 3’45” hasta el kilómetro 6’5 aproximadamente, a veces unos segundos por arriba, otras por debajo, pero bastante constante. Iba cogiendo a grupitos, a veces descansaba con ellos unos metros antes de seguir, otras no. Me sentía bien. Pero en ese punto sentí como los cuadriceps, ambos, se endurecieron. No es la primera vez que me pasa, pero es un “síntoma” que me avisa que la gasolina está acabada.

Estaba “cerca” de la meta, pasando paralelo a Santa Justa, e intenté motivarme pensando que quedaba poco. Conseguí salvar el K7, que aún pasé por debajo de 4’00”/km pero el pequeño puente de la Carretera Carmona fue el que me dejó seco, mientras que en años anteriores lo pasé como si tal cosa. De ahí hasta meta, con el objetivo perdido, no apreté más, ni creo que pudiese.

Finalmente una media de 3’52” para los 9.100m que da mi Garmin. No es mal promedio pero está lejos del objetivo marcado y que creo que puedo conseguir. Ahora toca recuperar un poco y volver a buscar un objetivo donde poder demostrarlo.

Como buen atleta, le he dado vueltas al coco, analizando qué pudo pasar. Lo primero que pienso es que Esquivel, como es normal, se llevó alguna de la energía necesaria para ir a por marca. Es más que posible. Otra causa es que entre el viernes y el sábado me comí, a cara de perro cual tragaldabas, 250 gramos de frutos secos: avellanas, anacardos, almendras, cacahuetes y pasas. El sábado por la noche tenía dolor de “tripita” y el domingo, antes de la carrera, visité a Dr. Roca hasta en cinco ocasiones. Además durante el calentamiento tenía la boca seca, ¿falta de hidratación? Lo que me extraña es la bajada repentina de rendimiento, la sensación en los cuadriceps, casi sin avisar y sin darte la opción de regular.


Por último decir que decidí correr esta carrera del IMD sin dorsal. No tenía previsto correr ninguna del circuito, pero al no encontrar otra carrera de aproximadamente 10K y llana en el calendario pues me dije…ésta. El hecho de correr sin dorsal viene dado por la decisión del IMD de cobrar por las carreras. No voy a entrar en debates ni nada, ya lo he hecho en diversos foros. He de decir que en esta ocasión sí pareció estar bien medida la carrera y que los puntos kilométricos estaban bastante bien situados. Además tuve la suerte de colocarme bien y tener una salida limpia, claro que creo que había menor participación y obviamente la ubicación de la salida era buena, 4 carriles a nuestra disposición. En fin, no estuvo mal, pero no creo que los 5€ cobrados a los que decidieron correr con dorsal hayan sido los causantes de lo que he reseñado salvo lo de la menor participación ya que en la carrera de los adultos fueron algo más de 1.600 atletas, y el año pasado se superó los 2.500 (datos obtenidos comparando las clasificaciones de Ideain).

miércoles, 18 de abril de 2012

IV Cross Popular de Esquivel

Esperaba con ganas la llegada de esta carrera. Tenía una espinita clavada, ya que el año pasado se me escapó la oportunidad de podio principalmente porque bajé los brazos a 2K de meta y perdí el tercer puesto, algo que en mi nivel se cotiza muy caro. Obviamente yo no sabía que me lo estaba jugando, pero aprendí la lección de que hay que luchar hasta el final.

En cualquier caso, no era el podio lo que me motivaba, sino el batir la marca, el superarme a mí mismo y quedar satisfecho. La verdad es que tenía casi la absoluta certeza de que iba a conseguirlo, creo que estoy en muy buen estado de forma y que sin un gran esfuerzo batiría mi tiempo, como así hice en más de 1 minuto.

Pero me freno que me anticipo. Aunque se esté trabajando con un plan de 10.000 el que vaya a Esquivel debe saber que allí no batirá su marca en la distancia. La carrera discurre casi en su totalidad por carriles de tierra, eso sí en buen estado. Además tiene diversas cuestas que hacen que sea complicado llevar un ritmo uniforme. Su punto fuerte es sin duda el paraje, el ser diferente a otras carreras y su carácter “familiar”. Carrera pequeña, con pocos medios, pero que es gestionada, no sin esfuerzo, de una manera correcta por la inmejorable gente del Club Atletismo Esquivel.

Vayamos al pan. Este año, además, coincido en el pre y en el pos-carrera con buenos amigos, por lo que se ve que va a ser una mañana agradable. Obtengo el dorsal sin apreturas, aunque a este respecto contaré una anécdota a posteri, calenté un poco, dando dos vuelta a Esquivel, sí es “chequetito”, y a la salida, dónde te puedes colocar donde quieras, sin codazos, empujones ni nada.

Ya antes de empezar había “echado una visual” para ver que galgos había, y aunque el nivel no era muy alto, estaba claro que luchar por el podio estaba lejos de mi alcance. Así que cuando se dio la salida ya iba con la idea clara de batir marca y disfrutar.



El primer kilómetro se hace muy rápido, el salir con facilidad y llevar a la cabeza tan cerca te hace tirar más de la cuenta, aunque vayas con el freno de mano echado. Además había una cuesta a favor en este primer mil, que te deja ya en campo abierto. Dejamos atrás Esquivel y aparece el protagonista de la jornada y que dentro de la urbe había estado oculto. El viento, lateral y de cara que sopla fuerte. No hay abrigo posible, los carriles transcurren entre campos de cultivo con escasa vegetación, por lo que te lo tragas todo. A mí no me pillan como en Isla Mayor o Faro, pensé, y empecé a regular muy pronto.

Fui cauto y esperé que la fruta fuese madurando y cayendo por su propio peso, lo que fue una gran motivación en carrera. Ya en el tercer kilómetro el pelotón se hubo estirado casi completamente. No había grupos, sino atletas sueltos o en parejas, incluso en ocasiones parecía como un pelotón ciclista, uno tras otro para esconderse del viento. Aquí empezó la cacería, progresivamente fui aumentando el ritmo y adelantando a gente.

Paso el ecuador de la carrera y me siento estupendamente, ya pienso que he sido demasiado “amrrategui”, pero comienza la vuelta y a priori el viento ayudará. Así que decido echar más leña a la locomotora. En este punto un atleta joven, creo que el hermano de Leo Lora Garre, al que ya había pasado antes luchó por alcanzarme. Pero justo estaba yo metiendo más tralla y no pudo seguirme.

Sin embargo aún no era el momento de darlo todo, restaba por superar “la cuesta” del kilómetro 7. A estas alturas sólo tenía un atleta a tiro, pero estaba lejos, y por detrás no veía acompañante alguno. Llegando al punto de la cuesta hacemos un giro y el viento entra de cara y además comienza el ascenso. Vuelvo a regular, sigo con muy buenas sensaciones, y empiezo a comer terreno, en plena subida, al atleta antes mencionado.

Llegamos arriba y el atleta mira para atrás. Se llanea un poco y veo que lucha por irse, aún esta lejos de mí, y creo que me saca un poco de ventaja al igual que en el descenso, donde vuelve a mirar para atrás. En esta zona no me costó nada volver a la cadencia de antes de la cuesta lo que me llenó de motivación, había gasolina.

Una vez terminado el descenso cogí un gran ritmo, por ratos rondé 3’40 bajos, obviamente el viento ahora ayudaba. Y comencé a ganar metros, sabía que podría de llegar con él a Esquivel y jugármelo al sprint, pero para qué esperar me dije, llegué a él y no di opción, seguí casi a tope. Trató de seguirme, pero abandonó pronto.

Seguí a buen ritmo, pero el hecho de que el siguiente atleta anduviese muy lejos no me ayudó. En cualquier caso mantuve un buen ritmo, subí la cuesta de entrada a Esquivel, ya aquí si noté cansancio, para después callejear y disfrutar de la entrada en meta chocando las palmas de algunos niños entre aplausos.

Finalmente terminé el 10º de la general, y 8º senior masculino, ¡ genial! Bajé marca y lo mejor es que disfruté mucho de la carrera, aunque quizás me quedó algo de pólvora, terminé algo entero. Y como guinda, genial pos-carrera con muchos amigos, especialmente los del Club Marathon Mairena, que me invitaron a su carpa con diversas y exquisitas viandas. Además la organización, tras las carreras de los peques y la entrega de los trofeos dio caldereta y bebidas gratis a todos los que por allí anduviesen. Como para no repetir en 2013.

Ah! Casi se me olvida la anécdota del dorsal. Al pedirlo no me encuentran, finalmente estoy en la lista de Veteranos A, sería me debut en la categoría, pero me extrañaba. En fin, asumo que cumplo años y que la pubertad quedó lejos, y me pongo a calentar. Encuentro a José Manuel Espinar, y le comento que cómo le va la veteranía y no me pilla la broma…Hablamos y resulta que él es del 74 y tenía dorsal senior y yo soy del 78, vamos que había una confusión con mi dorsal. Dude entre pasar del tema o solucionarlo, total, que más da, me decía. Al final lo cambié y lo modificaron a senior. Pues resulta que de no haberlo cambiado yo habría sido 3º en la clasificación de Veterano A… Parece que nunca subiré al podio en Esquivel, pero es que uno es muy legal.

Datos Garmin.