Me había propuesto esta carrera como premio, como guinda a la temporada ya con los objetivos cumplidos, pero no resultó.
Como ya había contado en la entrada anterior, elegí la media de Isla Mayor por su mayor cercanía y por ser más económica que la de Coripe-Olvera. Escuchando los comentarios de amigos que fueron a la segunda creo que equivoqué de pleno. Según parece los que se fueron para la provincia de Cádiz disfrutaron de una carrera “verde”, por senderos de tierra, por parajes increíbles...una carrera diferente.
Cuando ya estaba inscrito a la de Isla Mayor, denominada “Corredor Verde”, me enteré que era por asfalto. Aunque ello me defraudó un poco inicialmente me sirvió de motivación para ir de nuevo a por marca, ya que los entrenos me estaban reportando buenos tiempos y sensaciones, y creo que podía optar por una marca rondando la 1h25m.
Con esta credenciales me presenté en el municipio sevillano, que no conocía. Llegando a Isla Mayor me di cuenta que, como me habían comentado, la prueba iba a ser llana, llanísima, ya que todo era una planicie que se perdía en el infinito, en ocasiones campos secos arados, en otros cultivados y en otros humedales. La inscripción también fue baja, 66 atletas a pie. Digo esto porque pese a que era la sexta edición de la prueba era la primera que estaba abierta a atletas a pie, siempre había sido para minusválidos en sillas de rueda y handbike.
Soy el de más a izquierda, con la equipación de mi exclub Grupo 10.
Comienzo a calentar y casualmente lo hice por donde a posteriori comenzaría la prueba, noté ya cierto viento, pero suave. Al meterme por una calle interior, sin viento, sentí un poco de calor. No supe leer ésto.
Primero salieron los atletas minusválidos, dos minutos más tarde el resto. Se da el pistoletazo y salimos. Rápidamente se estira la prueba y la gente “se coloca”, somos pocos. Dentro de los primeros 500m ya se estiró la prueba, por lo menos los 15 primeros, que es donde yo iba. Pasé el primer kilómetro a 4'05”, el más rápido de toda la carrera, ojo al dato. Me dije que no debería ir más rápido en los 3-4 primeros kilómetros, y la verdad es que ahí me moví, entre 4'05” y 4'10” pese a un viento de lado bastante molesto. Encontré la compañía de un atleta, pero cuando hicimos el primer giro y nos encontramos con el viento de cara vi que el ritmo bajaba. Decidí tomar la iniciativa, ya con la intención de empezar a bajar de 4'05” y acercarme a 4'00”, pero con el viento de cara era imposible pese a mis esfuerzos.
Mi acompañante perdía metros, o más bien guardaba sabiamente energía. Yo seguía en mis trece, y para motivarme puse la mirada en la pareja que llevaba metros delante. En estos kilómetros de viento de cara y cacería me moví en 4'10”, segundo arriba y segundo abajo. Nuevo giro y el viento vuelve a ser lateral, pero igual de molesto.
Nos acercamos al ecuador de la prueba y ya casi alcanzo a la pareja de delante. Metros antes de cazarlos uno de ellos tira, el otro cede y le cojo. Compartimos unos metros, y me dice “las vamos a pasar putas”. Fue una sentencia. El atleta cedió un poco, luego se me puso al lado y no sé si fue él o yo, pero se me comenzó a escapar de nuevo. Este fue el primer momento en el que me di cuenta que ya iba seriamente tocado y al fondo se veía el giro de 180º que indicaba que aún faltaba media carrera.
Voy contando los atletas que vienen de cara, los primeros, y observo que voy el 10º. Giro y se produjo la misma sensación que todos tenemos cuando abrimos el horno para sacar la pizza de turno. Una flama que me tostó literalmente. Efectivamente, “las iba a pasar putas”. El ritmo se resintió notablemente, y de forma paulatina iba perdiendo segundos. El viento no se sentía, luego imagino que iba a favor, pero el calor era horrible. De hecho, entre ambos factores, terminé con la cara quemada y la marca de la camiseta, vamos efecto “ helado de nata-fresa” y aftersun tras la ducha.
Me van pasando atletas, y mi capacidad de reacción es nula. Mi única motivación, además de terminar, es llegar al siguiente punto de avituallamiento para beber y tirarme agua por encima. Iba tan ciego que al echarme el agua por la cabeza en una ocasión no recordé que llevaba las gafas puestas y las dejé guapas, pero me dio igual, me volví a echar otro chorrazo más.
El atleta de “la frase del día” no iba mejor que yo, ya que lo seguía llevando delante y me sacaba metros muy poco a poco, vamos que también iría mal. De hecho lo vi pararse y ponerse a caminar, cosa que yo también pensé pero no me consentí hacer. Casi le cazo, pero se ve que le sentó bien el parón y volvió a ganar metros. Por el contrario yo iba en barrena, ya por encima de 5'00”/km, casi sin depegar las zapas del suelo y muerto. Sólo quería que aquello terminase cuanto antes.
Ya se veía el pueblo y me alcanza un atleta del Club de Los Palacios, en ese momento me pita el Garmin marcando K20, el atleta me pregunta que cuanto tiempo llevamos. Ello me saca de mi estado de zombi, le respondo y me pego cual lapa. Ésto me da algo de vidilla, no se me va. Saco el chupete, entramos en el pueblo y empiezo a abrir piernas. Progresivamente veo que responden, sin alardes, y dejo atrás al otro atleta. Creo que vuelvo a ir rápido, a 4'50” no veas, y termino llegado medio cadáver.
Veo atletas bañándose con agua mineral, otros sentados en el suelo con la cabeza entre las piernas. Yo me “jinqué” dos botellas de aguas en menos de un minuto y me fui a por una tercera. Tiempo final 1h35m00s, mi peor marca en la distancia.
Está claro que no se daban las condiciones para hacer marca, y no lo supe ver. No obstante no dejo de pensar que algo más falló, mala hidratación, probablemente, zapatillas favoritas ya pidiendo jubilación, es posible, pero no creo.
Aunque el hecho de salir a las 11 no ayudaba, con un circuito sin ningún tipo de animación, ya que antes del primer kilómetros ya estás fueras del pueblo y que sólo encuentras campo con escasa vegetación y vas totalmente descubierto, creo, que en otras condiciones de horario y fechas, y con una mayor participación, puede ser un circuito ideal para hacer marca. Completamente llano, sin curveo y sobre buen piso.
Salgo de esta prueba con muy malas sensaciones físicas y baja motivación. No obtuve el “regalo” fin de temporada que buscaba, ni mejoré marca, y encima el sufrimiento físico sufrido fue bastante importante, además del psicológico cuando vi primero que no iba a conseguía la marca y luego cuando no podía ni mejorar la de Ayamonte, algo que veía “muy sencillo”.
Alguno me ha comentado que aproveche el buen momento de forma en el que estoy para volver a intentarlo, pero opino que la temperaturas que ya tenemos indican que es mejor centrarse en pruebas más cortas, que exijan a su vez entrenos más livianos y creo que apostaré por dicha opción, por pruebas de menos de 10K que suelen aparecer ahora en Mayo y Junio. No me importaría ir a Carmona o la del Polígono PISA (de celebrarse).