Nuestro encuentro fue breve, y el resto de comunicaciones fue vía correo electróncio, para preguntarme algún dato y para que me pasase a recoger el dorsal y la camiseta que debía llevar: una de algodón y manga corta con el logo de la universidad.
Llega el día de la carrera, que finaliza en el centro, donde yo vivía. Para ir hasta la salida disponen de una serie de autobuses en la estación de tren. Ese es el punto de encuentro de la Hanzehogeschool. Allí vuelvo a ver a Ger, que me presenta a mis compañeros de equipo. Eran dos chicos y dos chicas, provistos de pantalón de chandall y poca pinta de deportistas, al menos de atletismo. Me presento y poco más, no hay mayor comunicación.
Llegamos a la zona de salida, faltaban como 30 minutos para comenzar y veo que mis compañeros no tienen intención de moverse, es más, los dos chicos sacan su cajetilla para fumarse un cigarrito. Les digo que me voy al servicio y desaparezco, no les volví a ver. Trato de calentar un poco, cosa complicada, ya que había gente por todos lados, es difícil correr con continuidad además la gente se agolpa ya junto a las jaulas de salida, así que me dirijo hacia ella.
Primero salía la élite y la gente con marca acreditada, y dos minutos después nos tocaba a nosotros, todos íbamos con chip. Trato de ganar posiciones a base de codazos, pisotones y decir “sorry”, recibí a cambio palabras que no entendía, así que usaba el tan socorrido y español: “tus muertos por si acaso”.
Se da la salida y salgo con fluidez. ¿Iba rápido, lento? Creo que rápido, veo que a mi lado van una serie de fieras super esbeltas y fibrosas, así que bajo algo el pistón. Dentro de la primera milla veo que me pasa un atleta que se me queda mirando, le miro y observo que lleva la misma camiseta que yo, le saludo con el pulgar para arriba y no me dice nada, sigue para delante.
Finalicé la prueba, sabía que iba rápido, pero no cómo de veloz, además se podía decir que no lo di todo. La prueba era llana, había que pasar simplemente un puente sobre las vías del tren y al final un pequeño repecho muy ligero, nada duro. Tiempo final: 23'15”, media: 3'37” el kilómetro. Debo reseñar que la media no la supe hasta llegar a casa, tirando de calculadora. Por cierto 4 millas son unos 6,43 kilómetros.
Con estas me presento a una fiestecilla pos-carrera con la gente de la universidad. Me acerco a Ger, que por allí andaba, le digo mi marca y se queda sorprendido. Me dice que por qué no le dije que podía ir tan rápido, y le digo la verdad, ni yo sabía lo “bien” que estaba. Me comenta que con esa marca me debía haber puesto en el primer equipo, donde estaba el jamelgo que me pasó al principio de la prueba, y que entonces hubiesen mejorado mucho la clasificación del equipo universitario. De hecho mi actuación es retratada en el periódico de la Hanzehogeschool, como se puede observar en la foto de cabecera de este segundo episodio de la historia.
Un par de días más tarde me pesé, y estaba en 67kg, nunca pesé tampoco y eso que me subí a la báscula con ropa. Las razones: echar mucho de menos la comida de la “mámá”, comer bastante sano y poco e ir en bicicleta a todos lados.
Por cierto, tras la fiesta Ger me comenta que vaya a verle durante la semana, ¿para qué? Eso os lo cuento más adelante.
Continuará
Fotos en orden de aparición: Portada del periódico universitario del 16/10/2003, la siguientes son los atletas en cabeza de la edición de 2010, la otra es una vista general de la prueba, desconozco el año.
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