El sábado por la tarde tuve unas sensaciones extrañas en mi rodilla izquierda, como un hormigueo. Pero el domingo desaparecieron. Nada hacía presagiar que ayer, cuando apenas llevaba 4 kilómetros, tuviese que parar para no evitar daños mayores.
Ya antes del segundo kilómetro comencé a sentir leves molestias en dicha rodilla que se intensificaban a medida que incrementaba el ritmo. Así que decidí parar. Realmente no fue un dolor intenso, pero viendo que no parecía una molestia pasajera opté por la prudencia.
He conseguido cita para el viernes para el fisio. Ayer a la tarde seguía sintiendo molestias en la zona, pero afotunadamente esta mañana todo parece mejorar, ni rastros del dolor. Aún así sigo siendo cauto y esperaré al viernes, salvo que me puedan los nervios.
¿Razones? Usar demasiado pronto las nuevas zapatillas, quizás demasiada caña en las semanas previas. Quizás sea lo primero, veremos. Os tendré al tanto.
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