Con este título tan académico comienzo esta crónica, en
cierta medida los estudios van a ser el gran protagonista de esta entrada, ya
que, entre otras cosas, han sido los “culpables” del casi total abandono del
blog.
Como muchos sabréis, dada mi situación laboral, nefasta,
decidí volver a estudiar. Más que volver a estudiar o retomar los libros, fue
buscar una nueva vía, una nueva alternativa. Algo que, para ser sinceros, no me
atrae o atraía en exceso, pero que por otra parte, y ahí vamos, tiene visos de tener
un buen futuro profesional. Al fin y al cabo es de lo que se trata, que uno ya
va teniendo una edad como para ponerse a buscar el trabajo de sus sueños.
Así que comencé unos estudios de Ciclo Formativo de Grado
Superior (la FP2
de toda la vida) vinculados a la fabricación mecánica, con idea de trabajar en
el sector aeronáutico o el de la automoción. Como veis materias muy
correlacionadas con mi formación universitaria (LADE) y a mi carrera
profesional (básicamente auditoría de cuentas), entiéndase la ironía.
La decisión no fue fácil. Existe mucha presión, la gran
parte generada por uno mismo, de que eso es un paso atrás, ¿lo es? Es pronto
para vislumbrarlo, el caso es que sigo sin trabajo pero estoy invirtiendo mi
tiempo. Así que por ahí hemos mejorado. No quiero ahondar mucho más en este
aspecto, ya que esto no deja de ser un blog dedicado al atletismo. Pero es un
tema del que sería interesante tratar, aunque quizás en otro foro.
Como decía, vamos a ir ligando el atletismo en esta
historia. Si nos retrotraemos al verano, a la pretemporada, debo decir que
tenía unas sensaciones magníficas. Y si nos centramos en los datos numéricos, a
los tiempos, todo apuntaba a que la temporada prometía. Como venía siendo
habitual, mi primera piedra de toque iba a ser la Media Maratón de
Córdoba-Almodóvar del Río. No es una prueba especialmente atractiva, o sí, pero
me resulta muy válida como indicador.
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Llegando a Almodóvar del Río |
Dicho evento era a final de septiembre y como dos semanas
antes dieron comienzo las clases. Antes comenté que los registros eran buenos,
tanto era así que siendo el primer envite de la temporada barruntaba que me
podría acercar mucho a la 1h20m, lo que me daría un espaldarazo para el gran
objetivo, la Media
de Córdoba a finales de noviembre. Pero hete aquí que comienzan las clases, y
la jindama, porque no decirlo, inicial de volver a meterte en un aula muchos
años después, se convierte en algo más cuando te ves rodeados de mozuelos con
las neuronas 10, 15 años más nuevas que las tuyas y además con los
conocimientos fresquitos. La primera bofetada fue gorda, ya que se daban por
supuestos conocimientos que yo había estudiado en el año 1996 y que muchos de
ellos no los había vuelto a usar jamás, como la trigonometría. Cuando la dí, en
el siglo pasado, me preguntaba para qué servía esa mierda. Ahora lo iba a
comprobar.
Así que los primeros compases de los estudios me llevaron a
hacer un gran esfuerzo en ponerme las pilas, sobretodo en esas materias que yo
había defecado cerebralmente. Y por otro lado había materias que eran nuevas
para todos, pero en las que además yo sabía que no iba a ser muy ducho: dibujo
técnico o trabajar en el taller… pero si lo mío son las cuentas, el Excell, las
calculadoras, el traje y la corbata… ¡¿Qué hago aquí?!
Como es obvio, el atletismo pasó a un muy segundo plano.
Comencé a saltarme entrenamientos, a correr a horas dispares… un caos si buscas
marcas y objetivos. Afortunadamente creo que digerí rápido que ahora el tiempo
había que invertirlo en otra cosa, las prioridades había que cambiarlas. Al principio
me ofuscaba cuando me saltaba un entreno, o corría poco, mal, casi sin tiempo y
no estiraba. Bueno, de hecho ya no me acuerdo lo que es hacer una abdominal.
Con todo esto en la cabeza, y las primeras semanas en la que
tenía cierto acojone, y sin el cierto, fui a Almodóvar con la sensación previa
de que me iba a estrellar. No iba muy desencaminado. Traté de abstraerme,
ponerme el dorsal y olvidarme de todo. La cosa sirvió hasta el K14, donde
empezaron las piernas a sufrir, tocaba, y la cabeza pasó olímpicamente de
esforzarse (lo que yo esperaba). Con todo hice 1h23m, lo que suponía casi 2m de
mejora con respecto al año anterior. Como decía más arriba, estaba mejor que el
año pasado. Fue una pena, porque en el grupo al que me acople iban un par de atletas
decididos y generosos que marcaban el paso sin pedir relevos, el grupo era
bueno, ideal. Un apena.
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Brenes |
Pasaron las semanas. En octubre había 2 pruebas del IMD, ya
sabía que no iba a ir a la primera, quería preparar lo mejor posible la
segunda. Sin embargo por un tema familiar también falté y no me volvería colgar
el dorsal hasta el 1 de noviembre en Brenes. De ahí saqué dos conclusiones, no
estaba tan mal como pensaba, pero si quería ir a la Media de Córdoba a hacer
algo interesante me tenían que poner las pilas. Pero no, las pilas las tenía
que seguir gastando en las aulas. Así que mi gran objetivo se diluía. Sabía que
de ir a Córdoba no iba a batir marca, no ahora, por lo que desestimé ir. Habrá
más oportunidades.
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Alcalá del Río |
Comencé a ir buscando objetivos a corto plazo. Así participé
en la Nocturna
de Alcalá del Río, dónde obtuve doble medalla, pero de chocolate. Fui 4º
senior, me ven muy joven en mi pueblo aún, y el ganador de la prueba era local,
así que también me quedé sin ese premio. Pero al menos me divertí, qué menos.
Posteriormente corrí, o mejor dicho entrené suave, aprovechando la 2ª Jornada
del Circuito Provincial de Cross en La Rinconada.
La familia al completo nos acercamos allí y lo pasamos
genial. En lo atlético ya digo, un paseíto sin espíritu competitivo alguno.
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El Majuelo |
Seguimos con los objetivos a corto plazo y sin mucha
distancia, ya que continuaba con mi tónica de “sólo” entrenar 3-4 días semana.
Una carrera que me llamó la atención fueron los 10K de Palma del Río. Me
comentaban que eran llanitos, bien organizados, sin aglomeraciones. Estaba
decidido a ir y a poner carne en el asador, pero volvió a actuar la
priorización. Me quedé el finde en casa estudiando, ya que la semana siguiente
acumulaba 3 exámenes y la fecha límite para entrega de piezas de mecanizado.
Hice bien sin duda.
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Últimas piezas del trimestre |
Tras dicha semana ya el primer esfuerzo lectivo estaba
realizado. Tocaba evaluar, ese es el verbo apropiado, si el tiempo invertido y
los sacrificios tenían el resultado. Tampoco conoces el nivel de exigencia de
los exámenes, de los profesores, el de tus compañeros. Y debo decir que he
salido bastante bien parado, con algunas cosas que mejorar, pero muy contento,
lo que me ha dado cierta paz metal. Ahora no hay que relajarse.
Con estas llegó la última carrera del año natural, y que
tenía unos tintes muy especiales. Hablo de la
I Carrarea Solidaria de Navidad de Mairena
del Aljarafe. Fue un gran día. Por fin hacía su debut el C.A. Gacelas, un grupo
de amigos que nos hemos juntado para competir y disfrutar del atletismo. Llevábamos
ya un tiempo con el proyecto en marcha, pero los primeros kilómetros en
competición bajo esa denominación y con una camiseta común iban a ser aquí. Nos
juntamos un total de 6 amigos, de los cuales 4 tuvimos la fortuna, además, de
subir al podium. 1º y 2º senior por un lado y 1º y 3º veterano-A por otro. El
hecho de que hubiese premios a la general no acumulables nos ayudó un poco,
pero que nos quiten lo bailado.
Permitidme que me explaye un poco más en la narración de
esta prueba. Es la que tengo más reciente, uno no consigue trofeo todos los
días y además estaba la sensación de volver a vestir una camiseta común, lo que
me entusiasmó. Vamos allá.
No más de 400 atletas en la línea de salida, se nota la Media Maratón de Los
Palacios. No se ven grandes galgos, lo que augura una buena clasificación, pero
lo importante es el ritmo – me digo. La prueba discurre por un viario lleno de
repechos. No había grandes desniveles, es cierto, pero ser constante en el
ritmo era imposible, mucho subibaja.
Busco sensaciones más que ritmo y tengo la idea de acabar
fuerte, no morir antes de llegar a la orilla. Y eso que el cebo del anzuelo era
goloso, veía a la cabeza tan cerca, con dos compañeros del club tan cerca… Me
decía hago un cambio y los pillo, me acoplo y vemos lo que aguanto. Por fortuna
no lo hice. Opté por ser frío de cabeza. En la primera mitad de la carrera me
dosificaba mucho en los repechos, veía como se me alejaban, y en las bajadas
subía intensidad y notaba como recortaba o mantenía con los que tenía delante.
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C.A. Gacelas |
No hay mucho más que comentar de esta primera parte. Me
quedé muy pronto solo, pasaba a los osados que habían salido en cabeza y ya
pagaban su valentía. A poco más de 10m llevaba un atleta que tomé como
referencia visual y poco más, ya que nadie me venía por detrás. Además era
espectador privilegiado de la lucha de la carrera, ya que veía muy de cerca la
cabeza cuando tocaba una avenida larga.
En la segunda mitad entramos en Mairena del Aljarafe
“pueblo”, en el centro, adoquín que te crío. Es el momento de evaluar las patas
y el corazón. Van bien, meto una marcha más y comienzo a alcanzar al atleta de
delante. Tengo en la cabeza la idea de cazarle y quizás luchar en un sprint,
pero en un nuevo repecho, veo que él agacha la cabeza y le como los últimos metros
fácil. Aprovecho además para subir un peldaño más, para evitar que se enganche.
Ni lo intenta. Mantengo la intensidad hasta que termina la calle. Giro y miro
atrás a ver cómo viene, va desfondado.
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Mairena del Aljarafe |
Es ahora cuando viene la sorpresa. Me fijo en el siguiente
corredor no está lejos, y además veo que mira 2 veces para detrás en poco
espacio de tiempo. Mala señal. Quedarán poco más de 1.500m y sigo tirando.
Termino cazándole. Dudo en si volver a cambiar o jugármela al final con él.
Opto por lo segundo, no sé por qué. El caso es que veo que se me engancha, no
va pegado pero no cede. Miro al frente y veo otro atleta, inalcanzable. Pero
veo como se gira a la izquierda, se deja de subir y se baja. Entonces cambio el
plan. No creo que quede mucho más de 500m y como 50m antes de que termine el
repecho pego un cambio al que le doy continuidad en la bajada que me había
“cantado” el atleta de delante. Mi idea es ir fuerte hasta el final. Ya voy con
todo y una ligero vistazo atrás me hace ver que abro brecha. Último giro y
meta, ya con la certeza de que no me caza, de hecho le había metido buenos
segundos. Satisfacción enorme por el registro, dado el perfil de la prueba, y
por como se desarrolló el último tercio de la carrera, dónde gané a dos rivales
directos, ya que eran veteranos.
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Ración, media ración y tapa |
El premio gordo llega con la cascada de trofeos que nos
caen. Soy 4º veterano A, pero entre los 3 de la general hay un veterano, así
que me toca la pedrea.
Ahora, aprovechando las vacaciones navideñas voy a tratar de
meter más fondo, a ver si me animo a correr la MM de Ayamonte, no sé con qué objetivo, pero
necesito meter kilómetros.
Os iré contando lo que las obligaciones me dejen. Saludos.